Definitivamente se esfumó la temporada para el Villena C.F., ya que las pocas opciones que teníamos de quedar segundos para jugar la promoción de ascenso a preferente se cayeron estrepitosamente en la tarde del sábado en La Solana contra el Aspe.
Un equipo que en el minuto 80 vencía por 3-2 y que termina perdiendo por 3-4 con casi total seguridad no merece en mi humilde opinión ascender. Se debió de parar el partido y llevarlo a nuestro terreno para que pasaran esos pocos minutos que faltaban para el final. Pero lejos de eso, los errores defensivos se suceden y dejamos que el rival nos haga esos dos últimos tantos que nos privan de los tres puntos y de la ilusión del ascenso.
El encuentro comienza muy disputado e igualado, con un Aspe bien plantado y a la espera de lo que hiciéramos nosotros. Llegamos con este panorama al minuto 16, en que al saque de un corner, Óscar entra como un rayo desde atrás y de descomunal cabezazo remata al fondo de la red. A partir de ahí cogemos la manija del partido y tenemos innumerables ocasiones de gol para aumentar la ventaja.
Unas veces es la falta de acierto, otras la mala fortuna y muchas la actuación del portero del Aspe, que en varios uno contra uno estuvo genial, nos llevaron hasta el minuto 46 en que en una desafortunada salida de Fredi el delantero rival levanta el esférico por encima de él y nos empatan justo antes de irnos al descanso.
La segunda mitad la encaramos muy bien y creando de nuevo ocasiones a pesar de las bajas en punta, el equipo combina perfecto y solo la falta de acierto nos priva de los goles. En el minuto 20 por fin, Castillo recibe un magistral pase largo y a la salida del guardameta le cruza el balón perfecto al palo largo consiguiendo el 2-1 y la sensación de que este golpe va a ser definitivo para el Aspe.
Diez minutos nos dura la alegría ya que a la media hora nos empatan en un cúmulo de errores defensivos y poca tensión. Pero poco después Castillo de nuevo hace el 3-2 y la alegría se desborda en La Solana, tanto en jugadores como en el público que asistimos viéndonos vencedores a falta de diez minutos para el final.
Aunque cueste creerlo este tramo final del encuentro se convierte en una horrible pesadilla, casi al limite del tiempo nos empatan y en el descuento nos hacen el 4-3 definitivo, en una falta clarísima de experiencia y de picardía descomunal para aguantar un resultado favorable en el poco tiempo que quedaba, uniendo a esto los regalos defensivos que concedimos.
