Se incrementan un 28% los casos de artritis reumatoide en la Comunidad Valenciana
Cerca de 300.000 españoles padecen de artritis reumatoide, de los cuales más de 32.000 se encuentran en la Comunidad Valenciana, de acuerdo a datos registrados por la Sociedad Española de Reumatología (SER).
La artritis reumatoide es una enfermedad en la que el sistema inmunológico del cuerpo ataca sus propios tejidos, incluidas las articulaciones (muñecas, manos, rodillas, codos) a las cuales causan inflamación dolorosa y en los casos más graves ataca los órganos internos.
Su causa es desconocida y con el pasar del tiempo la inflamación asociada a la artritis puede provocar la erosión del hueso y la deformidad de las articulaciones, para las cuales no hay cura al momento.
Aunque anteriormente se consideraban dolencias exclusivas de las personas mayores, en la actualidad esta enfermedad también está afectando a jóvenes e incluso niños. Según las estadísticas de SER perjudica a uno de cada 1.000 niños, y en cuanto a los adultos se suman 20.000 casos nuevos cada año, resultando más frecuente en las mujeres que en hombres, entre las edades de 45 y 55.
Para el 2016 se contabilizaban 25.000 personas afectadas en la Comunidad de Valencia y para el 2019 la cifra ha aumentado en 28%. Entre los primeros síntomas a notar son: dolor en las articulaciones de las manos, rigidez por las mañanas, imposibilidad de cerrar el puño o hinchazón de las articulaciones. Estas son señales de advertencias, por las cuales hay que acudir al reumatólogo.
Ante ello, se ha logrado determinar que la actividad física resulta beneficiosa para los pacientes con artritis reumatoide, aunque por muchos años se pensó que el ejercicio podría causar lesiones a las articulaciones, por el contrario el ejercicio facilita que el líquido sinovial entre y salga del cartílago como lubricante y de esta manera se nutre con el movimiento constante del líquido, dentro y fuera, del esponjoso tejido que forma el cartílago.
De manera que, negarse a la actividad física derivaría en disminución del líquido sinovial, logrando que el cartílago se reseque y se vuelva más delgado. Lo más frecuente es que los pacientes presentan dolor y por ende no se animen a mover las articulaciones, pero solo lograrían que estas se vuelvan más rígidas y dolorosas.
Por lo tanto, sería recomendable ejercicios de fortalecimiento, de flexibilidad y de equilibrio, así como los aeróbicos. En especial, los ejercicios de fortalecimientos son ideales para las extremidades inferiores, que por lo general terminan imposibilitando el movimiento a las personas, quienes tendrían que revertirlos mediante el incremento de fuerza y resistencia muscular.
Por ejemplo, el uso de prensas de piernas fortalece el fémur, la tibia, el peroné y las articulaciones de rodillas y caderas. Zonas que frecuentemente se ven afectadas por la artritis. De esta forma, los pacientes podrían obtener mayor vitalidad porque de no tener un control adecuado de la enfermedad, esta le acabará por destruir las articulaciones, y producir una enorme limitación funcional que acorta la esperanza de vida de quienes la padecen.