Se nos marcha Rafa Cantó, pura inocencia

En el día de los Inocentes nos dejó esta alma grande y bondadosa. Un día de profunda tristeza y enorme vacío. Un amigo que convirtió su vida en entrega y compromiso hacia los/las demás y hacia la tierra.

No desde la teoría o la demagogia, sino desde su coherencia y desde el ejemplo personal. Sin agresividad, sin grandes aspavientos, desde la sencillez, el respeto y la pedagogía, defendió con palabra firme y con hechos cotidianos a las personas más débiles y a una naturaleza que sentía frágil. Su vida fue pasión por el cuidado de hábitats, la protección animal, el consumo responsable, el vegetarianismo, la movilidad sostenible, el reciclaje, la reutilización, la agricultura ecológica, la solidaridad con las personas más excluidas, la lucha contra los poderosos.

Siempre cultivó una gran empatía. Una capacidad tan enorme para identificarse con la injusticia, el sufrimiento de los/las demás, de otros seres sintientes y de un medio ambiente lastimado, que en ocasiones le convertían en alguien incomprendido, impotente. Su capacidad para hacer suyas todas las causas durante 24 horas, le convertían en un pequeño gran héroe de la cotidianidad. Alguien generoso, con gran capacidad de entrega, pero a la vez muy frágil y vulnerable. No soportaba un mundo cruel o injusto.

Su compromiso social pasó por la Asamblea Verde, por Ecologistas en Acción, Villena en Bici y otras muchas entidades. Aunque su gran militancia fuerte fue la proximidad con la gente, la sencillez, la simpatía, la política de lo pequeño, una mirada mística sobre el ser humano y la naturaleza en todo lo que hacía. Ha fallecido el mismo día que el compositor Armando Manzanero. Desde algún lugar, junto a José Tomás y Ana María, sonarán para siempre melodías de solidaridad, justicia y sostenibilidad. Tu vida no ha sido en vano. Hasta siempre amigo.