Opinión

Segundo Aniversario

Un aniversario es el día en que se cumplen años de algún hecho o suceso. En este periódico se cumple hoy una fecha señalada desde su creación, hace ahora dos años y cien números. Sirva este artículo para felicitar a todos los que han hecho posible esta empresa, que no sé si negocio, incluyendo entre estos, cómo no, y aunque suene a peloteo, a nuestros apreciados lectores.
Aniversario viene del latín “annus” (año con eñe) y “verto”, del verbo “vertere” (volver), significando que al igual que el chico del turrón, vuelve todos los años. Los cumpleaños son los aniversarios más comunes en los que se celebra la fecha de un nacimiento: todos tenemos uno cada año, aunque algunos no lo reconozcan cuando les preguntan su edad, que parece que sólo cuenten años cuando hay olimpiadas. En otras ocasiones sólo se celebran los aniversarios más señalados, cada diez, veinte, veinticinco… O como el aniversario de Carrefour, que todos los años lo celebra como si fuese el único, tirando la casa por la ventana, o por lo menos haciéndonoslo creer.

Otras conmemoraciones que también se festejan de forma muy especial son los aniversarios de boda. En este caso cada uno tiene su nombre particular según el número de años que hayan pasado en cada ocasión: las bodas de plata a los 25, las bodas de oro a los 50 y las bodas de platino son nada más y nada menos que a los 75. Si alguien ha celebrado estas últimas no estaría para muchas celebraciones, y si el matrimonio ha llegado a las de oro y no a las de platino será porque alguno de los dos no ha vivido para contarlo. Los nombrados anteriormente son los más significativos, pero mencionaré otros, más que por su importancia, por lo curioso de su nombre: el primer aniversario se denomina bodas de papel, supongo que por la fragilidad del mismo, seguido de las de algodón, cuando la cosa ya se pone demasiado blanda. A los tres años las de cuero, que tendrá relación con lo de darle un poquito más de emoción a los asuntos de cama. A los diez las de lata, quizás porque ya no puede ser más aburrido. A los quince las de cristal, cuando su continuidad dependerá de si es de Bohemia o no. A partir de los 25 se endurece la cosa: desde la perla, a los treinta, hasta el diamante, que es a los sesenta; dicen que, en general, cuanto más largo es tiempo transcurrido, más valioso es el material asociado al aniversario, pero yo creo que tendría que ver más con la dureza del mismo por lo que han tenido que aguantar algunos o algunas.

Hoy en día conseguir estos números es casi un récord. Si me apuras diría que hay gente que celebraría con más entusiasmo los aniversarios de su separación o divorcio, y tal vez deberían usar como material el petróleo, más que por duro por caro y engorroso. Otros aniversarios que paradójicamente se celebran, pero que no son por un motivo de alegría, y que sólo tienen trascendencia si trata de personas importantes, son los aniversarios “de la muerte de”, y también los aniversarios “del nacimiento tras la muerte de”, que sí celebran algo alegre aunque después de haber pasado algo triste. Entre estos aniversarios y “el día de”, que se ha puesto muy de moda, todos los días nos podemos levantar con algo que celebrar, y si no siempre podemos buscar una excusa o simplemente celebrar que no hay nada que celebrar.

Los años pasan para todos ineludiblemente y cuanto mayor te haces más rápido parecen pasar: lo que antes parecía una eternidad está ahora a la vuelta de la esquina, aunque dicen que cuando el tiempo pasa rápido es cuando uno más lo está disfrutando, y que si te quedas mirando el reloj el tiempo se ralentiza llegando incluso a pararse. Dos años es una corta vida para un periódico tanto impreso como digital, pero queda demostrado que es suficiente tiempo para haber madurado. Como se dice en estas ocasiones: “y que cumplas muchos más, bien…”.

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