Esta semana se ha presentado un plan de concienciación para evitar el acoso sexual y el abuso de drogas en las fiestas y los festivales de Villena, campaña en la que han participado diversos colectivos y asociaciones de nuestra muy ilustre ciudad.
Este tipo de campañas no son una novedad, ya que cada año desde hace bastante el ayuntamiento lanza una campaña del estilo, pero en esa ocasión cuenta con la particularidad de incluir la necesaria concienciación sobre el acoso y por ello cabe felicitar a todos los colectivos que han participado en su elaboración y que participarán en su desarrollo.
Y digo solamente a los colectivos y no al ayuntamiento, pese a ser también artífice del plan, porque el ayuntamiento, en esta ecuación, parece que se ha olvidado de una parte fundamental, la parte de las fiestas y los festivales.
En lo que respecta a los festivales, resulta paradójico que en plena tormenta sobre la marcha de los festivales, los esfuerzos para que éstos se queden en Villena parezcan venir únicamente por parte de la ciudadanía, que generando un clamor en redes sociales y con acciones como recogidas de firmas en change.org, ha querido trasmitir a su modo a la empresa promotora ese cariño y un quédate que el ayuntamiento no ha sabido trasmitir estos años.
Hoy mismo en la foto de la presentación de los festivales hemos visto como las caras de concejales, promotores y alcalde, parecían más propias de un velatorio que de un evento como el que se encontraban, cuando era la oportunidad perfecta de construir puentes hacia el entendimiento y mostrar a la gente de Villena y a los miembros de Sufriendo y Gozando que ese cariño y ese quedaos también es cosa de la corporación municipal. O al menos sonreír en las fotos. Lástima que no haya sido así.
Y en lo que respecta a las fiestas, llama poderosamente la atención que lo único que parece estar planificado en estas fiestas por parte del ayuntamiento sea la campaña nombrada anteriormente. Los concursos de servicios, desiertos. La presentación del cartel, tarde. La del pregonero, mal. Y así con casi todo lo que se ha visto en prensa, que faltaría saber aquello que no ha trascendido y todas las castañas que les habrá sacado del fuego la junta central de puertas adentro
Y mientras tanto, nuestra concejal de Turismo vendiendo diestramente nuestros moros y cristianos en lo que nos han pintado como el FITUR de Armenia, viaje cortesía del ayuntamiento, continuando con la promoción de las fiestas que inició un vídeo de una ¿Televisión? de Armenia y que cambió la música de nuestros desfiles por canciones de Niña Pastori, ilustre villenera de cuna.
Lo más curioso es que dicho vídeo, que ha servido como excusa para hermanar nuestra ciudad con aquel bello país y pagarle el viaje a nuestra edil, no alcanza ni las 1.000 visitas en Youtube, y eso tras haberse publicado en algunas páginas locales que querían mostrar el esperpento resultante de la visita del reportero el pasado septiembre. Confío en que la feria de turismo en cuestión tenga al menos mayor repercusión mediática que justifique la expedición.
En definitiva, imagino que el ayuntamiento ha estado trabajando duro y ya tiene un plan de contingencia para la economía local en caso de que los festivales y el rock and roll marchen a otros lares: EL TURISMO ARMENIO. Espero que la losilla no se atasque ante el tráfico que generarán los autobuses llenos de gentes de Armenia, como ya pasó cuando vinieron los chinos en masa, fruto de la anterior campaña.
