Si no hay Dios
“Si no hay Dios, ni alma, ni otra vida, es evidente que habrá que gozar en ésta, caiga quien caiga”
Entre las ponencias recogidas en el libro España bajo el franquismo, publicación coordinada por Josep Fontana, el politólogo José Ramón Montero, en su estudio sobre "Los católicos en el Nuevo Estado: los perfiles ideológicos de la ACNP durante la primera etapa del franquismo" recoge varias citas del padre Ayala, Ángel Ayala Alarcó, fundador de la Asociación Católico-Nacional de Jóvenes Propagandistas, actual Asociación Católica de Propagandistas.
En aquella España de posguerra afirmaba el sacerdote que los obreros no se sacian nunca con el aumento de jornales, precisando que esta codicia no es marxista, es humana. Y no tiene, no puede tener más freno que el concepto cristiano de la vida… porque si no hay Dios, ni alma, ni otra vida, es evidente que habrá que gozar en ésta, caiga quien caiga.
Por muchas veces que he escuchado ese argumento o similares nunca los entendí. Nunca. Porque entre personas que he conocido y conozco alejados de la fe, bien por ateísmo o agnosticismo, bien por desengaños, me han parecido personas ejemplares.
Dignos de imitar por su bondad, por su filantropía. Y muchos de ellos, la mayoría, respetando mi fe, mi inquietud espiritual que sigue buscando a Dios.
He aquí la famosa apuesta, en francés «pari de Pascal», (Blaise Pascal era francés, filósofo, escritor, pensador, matemático, inventor, creyente muy influido por las tendencias rigurosas del «jansenismo», respecto de la consecución de la gracia de Dios. Sin duda un sabio).
Su apuesta se fundamenta entre las opciones de creer o no creer: «Si creo y Dios existe, yo gano todo.
Si creo y en el supuesto de que Dios no existiera, no pierdo nada».