Siguiendo el camino de la luz
Quizás sea por sus encantos o porque el sol brilla de una forma especial sobre ella, ciudad de la luz es el sobrenombre que recibe la capital lusa. Cuando la visiten descubrirán por qué los que han ido repiten y siempre la recuerdan, sentirán ese deja vu tan familiar a todos los que recorren sus calles, visitan sus barrios y respiran la melancolía del Fado que todo lo impregna como una música de fondo que sonase dando ritmo al pulso de la vida apacible de Lisboa.
Hay mucho que hacer, mucho que visitar, lugares que no imaginaban, pero Lisboa es pasear, disfrutar del saudade tan portugués, recorriendo sus calles con el ritmo pausado del visitante sin prisas, enamorado con cada rincón y viviendo el tiempo como en ningún otro lugar.
Hoy en día las opciones de viaje son numerosas gracias a la mejora de las carreteras y de los medios de transporte. Los precios son asequibles para casi todas las economías y un fin de semana da para mucho. Simplemente una estancia de cuarenta y ocho horas en Lisboa paseándola les hará entender por qué la contemplación es un arte. Pero no solo es destino sino centro de unas vacaciones, punto de partida y meta de los caminos que desde ella se pueden emprender. Porque desde Lisboa hay rutas bellísimas que realizar en coche visitando ciudades que suelen estar fuera de las visitas turísticas habituales y no desmerecen en nada a la capital. Pero si prefieren empezar poco a poco, qué mejor que unas rutas en bicicleta por Lisboa y las proximidades le darán otra perspectiva de la ciudad y su entorno y tener un conocimiento distinto y más amplio que el adquirido mediante el turismo tradicional. Pero si aún le parecen pocas ideas y quieren algo más para elegir o decidirse, visiten revista de viaje y encontrarán las que necesitan. Vayan y disfruten de unas vacaciones como nunca las había imaginado.