En la justa y progresiva reivindicación de la mujer en la historia cultural de nuestro país, una de las figuras que más relevancia ha ido adquiriendo con el paso del tiempo ha sido sin duda la de la artista Maruja Mallo: y no solo por sus indudables méritos propios como una de las figuras clave de nuestra pintura surrealista, sino por su vínculo patente con la Generación del 27 -la una y la otra- y, por tanto, con el grupo de Las Sinsombrero del que ella misma forma parte. Por ello, no es de extrañar que ya apareciese como una presencia más que destacada en Miguel Hernández. La fontana eterna y La voz que no cesa. Vida de Miguel Hernández, sendos cómics biográficos dedicados al célebre poeta oriolano, y del que al parecer fue amante ocasional durante su estancia en Madrid. Pero todavía nos faltaba una novela gráfica dedicada expresamente a su vida y su obra, y como era de esperar ha sido Cascaborra la editorial que la ha terminado publicando en el seno de su colección dedicada a las biografías de personajes ilustres.
Maruja Mallo, subtitulada Verbenas y campanarios, cuenta con guion de Carolina Corvillo y dibujos de Irina Hirondelle. La primera -que ya se acercó a este personaje en la obra coral Ellas iban sin sombrero- ha armado un relato que se aleja de la exhaustividad enciclopédica y apuesta por realizar diversas calas en algunos momentos significativos de la biografía de la protagonista. De este modo, relata su llegada a la capital en 1922, sus estudios de pintura clásica en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y su amistad con figuras de la cultura nacional del siglo XX como el citado Miguel Hernández, el también poeta Rafael Alberti o el mítico trío formado por Luis Buñuel, Salvador Dalí y su gran amigo Federico García Lorca. Por su parte, la dibujante -también presente en la autoría colectiva del otro álbum citado- realiza un trabajo brillante a la hora de plasmar el libreto de su compañera en unas páginas rebosantes de expresividad y color que terminan por conformar un álbum de lo más recomendable para aproximarse a una mujer que hizo del desafío a las reglas establecidas su principal filosofía de vida.
Al contrario que Maruja Mallo, la cineasta francesa Alice Guy ya contaba con un cómic biográfico propio: el muy recomendable Guy que le dedicó la autora Yeyei Gómez hace unos años; pero al tratarse de un fanzine autoeditado, su repercusión en el mercado no fue ni de lejos la que merecía. Por tanto, la novela gráfica Alice Guy de Catel & Bocquet se nos antoja una obra necesaria, pues viene a rellenar un hueco en la bibliografía comiquera dado que reivindica la figura de la que parece ser la primera mujer directora de la historia del cine. Así lo atestiguan estudios recientes a propósito de quien fue coetánea de los hermanos Lumière -los inventores oficiales del cinematógrafo- y de su enfrentamiento empresarial con la empresa Gaumont, y que se inspiró en Georges Méliès a la hora de abrir una puerta al relato fantástico que alejaba al recién nacido séptimo arte de sus orígenes documentales. A partir de estos estudios y otra documentación afín, la pareja que también está detrás de otras tres novelas gráficas protagonizadas por tres pioneras como Kiki de Montparnasse, Olympe de Gouges y Josephine Baker construyen aquí una biografía monumental de más de trescientas páginas que trata de poner las cosas en su sitio y cumplir con un acto de justicia histórica. Ni que decir tiene que es una lectura imprescindible, además de para los aficionados al cómic, para cualquier cinéfilo que se precie.
Menos conocidas todavía si cabe que Maruja Mallo y Alice Guy son las protagonistas de las historietas breves que conforman Mujeres en guerra, una antología guionizada por el argentino Emilio Balcarce y dibujada por sus compatriotas Gastón Vivanco y Fabián Mezquita. Se trata de una recopilación de nueve relatos ambientados en el marco de la Segunda Guerra Mundial y protagonizados por diversos personajes femeninos como, por citar solo algunas de ellas, la francotiradora Masha Morozova, la tanquista Maria Vasílievna, la espía Virginia Hall o la piloto Hanna Reitsch. Nueve historias que reflejan diversos espacios, desde el frente del Pacífico a la nevada Rusia pasando por la inevitable Alemania del III Reich; y protagonizados todos ellos por, y perdón por el chiste malo, un puñado de mujeres de armas tomar. Estamos pues ante una suerte de Hazañas bélicas en clave femenina que reivindica la presencia de la mujer en un territorio (y también un género) tradicionalmente reservado a los hombres. Y con territorio me refiero a la guerra y a la narrativa bélica, claro, aunque hasta hace bien poco podría hacer alusión al grueso del cómic biográfico en los mismos términos. Afortunadamente, los tiempos están cambiando, que cantaba Bob Dylan... y también Joan Baez.
Maruja Mallo. Verbenas y campanarios, Alice Guy y Mujeres en guerra están editados por Cascaborra, Salamandra Graphic y Desfiladero respectivamente.