Sin perdón
Abandonad toda esperanza, salmo 261º
A veces tengo la sensación de que en Hollywood pagan por los derechos de adaptación solo como reclamo comercial, porque después de adquiridos los mismos se pasan por el forro los argumentos originales y de la idea primigenia solo queda un resquicio cuya inspiración les podría haber salido gratis. El último y más doloroso ejemplo de esto es RED, primera adaptación al cine de la obra de Warren Ellis, del que ya les he dicho en más de una ocasión que es de lo mejor que le ha pasado a la historieta actual.
El cómic en cuestión no se cuenta entre lo mejor de su autor -es decir, que simplemente es bastante bueno-, pero a la hora de destrozar algo mejor no hacerlo con una obra maestra, y es que tiemblo al pensar en qué harían en la meca del cine con un material como Planetary o Transmetropolitan. Ellis, con la colaboración del dibujante Cully Hamner, cuenta las peripecias de un asesino a sueldo de la CIA, ya retirado, que se ve impelido a volver a matar cuando el nuevo director en funciones de la agencia considera que es un hombre demasiado peligroso como para que siga vivo. Brutal y sin concesiones, como suele serlo, Ellis ofrece un remedo del Sin perdón de Clint Eastwood que critica a un gobierno que no se responsabiliza de los monstruos que él mismo crea y que pretende deshacerse de ellos cuando ya no necesita de sus servicios. En efecto, esta idea puede recordar poderosamente al villano encarnado por John Malkovich en En la línea de fuego, curiosamente protagonizada (y a veces pienso que algo más, aunque la firmara otro) por el mismo Eastwood.
No sé si los productores se habrán acordado de estas películas, pero la verdad es que han contado, además de con Bruce Willis como cabeza de reparto, con Malkovich y Morgan Freeman (el mejor amigo del protagonista de Sin perdón) para encarnar a otros antiguos agentes cabreados (y eso que allí no hay un Zapatero que retrase la edad de jubilación); y para rebajar el nivel de testosterona, aunque sea geriátrica, también han fichado a Helen Mirren, que por lo visto tenía ganas de fiesta después de tanta monarca y tanta esposa de Tolstoi. Pero lo que podría haber sido un Sin perdón en clave de thriller explosivo se queda en un cúmulo de inofensivos fuegos de artificio que solo buscan no dejar respiro (ni capacidad de pensar) al espectador. Para que nos entendamos: estamos ante el Wanted de la temporada, por cierto adaptación de un cómic (muy superior al film) escrito por Mark Millar, un guionista cuyo universo está todavía lejos de las excelencias de Ellis. Ah, en aquella también salía Morgan Freeman, pero últimamente en qué película no sale...
Por si no se han dado cuenta, la película no me parece de lo más recomendable que hay ahora mismo en cartel. Mejor se leen el cómic, y si todavía les quedan ganas de más pueden darle una oportunidad a las historietas que a modo de precuela cuentan misiones anteriores de los protagonistas del film. Estos relatos, concebidos por los guionistas de la película Jon y Erich Hoeber y dibujados entre otros por españoles como Diego Olmos o Bruno Redondo (que en cierta ocasión me regaló un dibujo de la chica siniestra más sexy que puedan imaginar, y perdónenme que presuma), no están a la altura del material de Ellis, pero se dejan leer mucho mejor de lo que se deja ver una película que malogra el material de base. Y eso sí que no tiene perdón.
RED se proyecta en cines de toda España; RED y RED (Las precuelas de la película) están editados por Norma.