Música

Sobre el cierre del Aupa Lumbreiras

La web especializada Rocksesion.com, cuyo responsable es Javier Martínez Alcaraz, periodista especialista en música y asiduo asistente a los festivales Leyendas del Rock y Aupa Lumbreiras, ha publicado un interesante artículo sobre el anuncio de cierre del festival Aupa Lumbreiras. Por su interés, lo reproducimos íntegramente a continuación.
Andan las redes sociales soliviantadas por el anuncio de lo que nos temíamos más de uno. Los altercados sucedidos en la edición de este verano han precipitado el fin. El Aúpa Lumbreiras no volverá a celebrarse, según un comunicado emitido por el director de Sufriendo & Gozando, su principal promotor, Marcos Rubio. Marcos lleva más de 20 años en esto. Apostando por un festival contracorriente cuando nadie creía en él. Desde los inicios, siempre difíciles, hasta la crisis definitiva en Puerto Lumbreras, con alguna edición comprometida en rentabilidad o de un solo día. Siguió creyendo en ello y trasladó el festival a Mula, una de las ediciones negras, donde se produjo el asesinato de un asistente por otro descerebrado. Después Tobarra fue la siguiente sede. Empezó mal, con aquella edición ‘de las piedras’. Un terreno con obstáculos de tamaño de puños que hacían imposible dar tres pasos sin tener que hacer equilibrismo. Vaivenes políticos le llevaron después hasta Villena, donde parece que va a morir. Aúpa dice adiós. ¿Solo los altercados la causa? Claro que no. Pero es el hartazgo definitivo. Esta es una reflexión desordenada.

No creo que para un tipo que lleva tanto tiempo peleando sea fácil tomar la decisión de poner fin. Las redes sociales, solo hay que ver su facebook, se han llenado de insultos y me consta que ya hay, desde hace tiempo, amenazas privadas. Hay gente que se cuestiona el título de ‘Festival de la Resistencia’ por el hecho de sucumbir a los sucesos. Posiblemente el comunicado no es del todo acertado, es cierto. Es manifiestamente mejorable tanto en la exposición de argumentos como en el desarrollo del mismo. Pero Marcos es así para lo bueno y lo malo. Lo que no merece es que sea él el que además reciba los insultos y amenazas.

Esa gente parece que no entiende lo que es jugarte tu pasta (porque sí, es un empresario que busca ganar dinero con un festival, como todos, no es ilícito siempre y cuando pague a los grupos el caché que acuerden, que los trabajadores reciban un sueldo digno y que todo esté en regla), tu salud (como si él desde un frío despacho hubiese tomado la decisión y tan tranquilo), la responsabilidad civil y sus consecuencias o lo que se ha tenido que pelear para que las sanciones a la organización no sean catastróficas. Esa gente todavía quiere que le monten otro chiringuito más. Mucha de esa gente que, además, defiende los altercados (la mayoría de ellos sin ni siquiera saber lo que pasó realmente o, simplemente, porque se quedaron con la frase que les dijeron que más les interesaba: ‘es que tres o cuatro civiles estaban pegando la paliza a uno’). ¿Esa fue verdaderamente la causa por la que se tiró la primera piedra y se montó la barricada? ¿O ya hubo intentos previos por parte de cuatro exaltados (parece ser que alguno de ellos sin entrada) de agredir a policías que estaban controlando el tráfico? Hay un dicho popular que dice de lo que te cuenten no te creas nada y de lo que veas, la mitad. Pues hasta los ojos pueden engañar.

Hay quien critica la presencia de policía y guardia civil… Qué queréis que os diga, a mí no me hacen gracia alguna, pero una concentración masiva de gente, como un festival, precisa seguridad, atención sanitaria, etc, etc. Es de cajón. Lo curioso de este caso es que el Leyendas del Rock se celebra la semana anterior y estas cosas no pasan. He asistido a ambos en más de una edición y las diferencias de comportamiento en los asistentes son abismales. En el caso del Lumbreiras nueve años de asistencia ininterrumpida. En el Leyendas puedes pasear tranquilamente por cualquier punto del festival, incluido camping, sin que nadie, y repito nadie, intente vacilarte, te asalte haciendo bromas de pasados de rosca o cualquier otra particularidad aleatoria. Es imprevisible. En el Lumbreiras, y es así, y los que hemos ido lo sabemos, los Walking Dead, tal y como los definió acertadamente una amiga tuitera, pueden asaltarte en cualquier momento. En el Lumbreiras hay muchas drogas, muchas. Bastante más que en el Viña. Es así. Todos los sabemos y de ahí pasa lo que pasa.

Estoy a favor de la legalización de las drogas, pero también de su uso responsable. Me decían esta mañana que no es lo mismo multar un exceso de velocidad que la tenencia de drogas porque con el coche pones en peligro al resto y con las drogas te haces el daño tú. Bueno… Ojalá se hiciera control antidoping a quienes han provocado peleas en el Lumbreiras a lo largo de estos nueve años a ver qué tal los resultados. Las he visto con mis ojos, he tenido que esquivarlas o me ha pillado alguna que otra. Todos sabemos que hay gente que no sabe meterse. El resto es hipocresía y negar una realidad por evitar así ‘no ser guay’, ‘no ser aceptado’, etc.

Lo que no puede ser es que en nombre de la libertad individual haya cierto tipo de gentes que crean que son más antisistema saltándose colas, vacilando al personal, trincando una mochila, abrir un coche, robar una tienda… Así se lucha contra el sistema. Porque la revolución y la rebelión y el ACAB de muchos (y digo de muchos, no de todos), se resume a ponerse ciego los cuatro días, entrar al festival sin pagar y sacarse todo lo que se pueda. Es así. Son todos esos los que buscan la trifulca y el desafío como los hay que van a las manifestación a liarla, los ideales les importa tres cojones. Lo peor del caso es que en un festival donde hay miles de personas es fácil que otros caigan de buena fe ‘engañados’ por un utópico fin, pero no. No tiene nada que ver la lucha obrera, ni la resistencia, ni combatir al abuso de autoridad, con tirar piedras porque vas pasado de rosca y te apetece un poco de jarana.

Y no seré yo quien defienda el modo de actuación de los otros. Que muchos integrantes de los cuerpos de seguridad no suelen ser muy diligentes lo sabemos todos. El ‘primero golpeo y después pregunto’ suele ser el procedimiento habitual de muchos, pero, repito, estos altercados no pasan en el Leyendas y los policías y civiles eran los mismos. Y si está prohibido la tenencia de drogas en este país, te hacen un cacheo y te pillan, son las reglas del juego. ¿Consideras que el sistema es injusto? No lo soluciones destrozando mobiliario urbano o pegándole una patada a una valla delante de un policía.

Esos tipos no representan a nadie más allá de sus intereses. Lo comentaba en twitter esta mañana, ya escribí algo a tenor de los lanzamientos de objetos al escenario durante los conciertos, esto es una muesca más de quien impone su libertad individual sin respeto alguno a nadie. Ni al que está sobre en el escenario en aquel caso, ni a quien se juega su trabajo en este.

Entiendo a Marcos. Es una cuestión de perder la fe. Pero por lo poco que lo conozco no descarto que pasado el calentón Lumbreiras reviva en algún año, en algún lugar. Quizá con una filosofía diferente, no lo sé. Pero me cuesta creer que no haya más. Habremos perdido el único festival del país capaz de reunir las bandas que están en todos los festivales, sí, pero también un importante caldo de grupos habituados a moverse solamente en salas de aforo reducido, que si no fuera por el Lumbreiras pocas veces podrían pisar un festival ante miles de personas.

Lo que pasa es que para muchos, la música es una excusa para hacer lo que les viene en gana en nombre de una libertad mal entendida o bien aprovechada, en su propio beneficio, por supuesto, no en el bien común e igualdad que tanto predican.

Autor: Javier Martínez Alcaraz
Fuente: Rocksesion.com

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