Sobre la falta de accesibilidad en el Pabellón Cubierto municipal
A quien corresponda: El pasado sábado por la tarde y para asistir al acto de entrega de trofeos de unos campeonatos escolares de fútbol-sala en los que había participado mi hijo Manuel, acudí en coche al polideportivo cubierto municipal de Villena. Me acompañaba, además de Manuel y mi esposa, la menor de mis hijos, que tiene reconocida una minusvalía del 75% con movilidad reducida.
Mi primera sorpresa y el motivo del presente escrito fue comprobar que en el amplio aparcamiento existente, tanto delante del pabellón cubierto como del campo de fútbol La Solana, no existen plazas de aparcamiento habilitadas para su utilización por minusválidos. No sé si yo ando muy despistado, que puede ser, pero a pesar de recorrer todo el recinto no encontré estos espacios tan necesarios. Obviamente, como no era cuestión de dejar mi coche en los enormes espacios reservados para estacionamiento de autobuses justo delante de la fachada principal, aparqué donde pude. Lamentable.
Sin embargo, no acabaron ahí mis lamentos, porque, después de alcanzar sin problemas a través de las rampas habilitadas al efecto el interior del edificio, me encontré con otra sorpresa, ya que la subida a los asientos para el público sólo puede hacerse por unas larguísimas y muy empinadas escaleras, lo que en la práctica impide acceder a esta zona.
Ignoro si existe algún ascensor o cualquier otro medio que facilite el acceso a esta parte del pabellón, pero lo que sí pude constatar es que, en el supuesto de que lo haya, no existe señalización alguna que así lo indique, lo que en la práctica sería como si no lo hubiera. Es más, no existe, al menos en la parte del edificio en la que estuve, señalización alguna dirigida a los minusválidos y tampoco pude obtener más información, debido a que no encontré a ningún portero, conserje o persona similar que pudiera informarme, porque nadie había allí para ello.
Como se puede comprender, ni mi hija ni yo pudimos acceder al espacio reservado para el público, pero, por suerte, pude presenciar la entrega de trofeos, que se celebró en la pista de juego, a través de la cristalera existente en el vestíbulo del pabellón. Menos mal.
Aun desconociendo cual debe ser y qué dispone al respecto la normativa aplicable, me atrevo a aseverar que en estas instalaciones municipales no se cumple lo exigido por la legislación vigente y, lo que es más grave, que alguien en nuestro M.I. Ayuntamiento está incumpliendo con su responsabilidad, bien sea técnica o política.
Dicho lo anterior y con la esperanza de que este escrito llegue a quien corresponda, no me queda nada más que añadir que considero que, a estas alturas y con la cantidad de recursos que se han gastado en estas instalaciones, es inadmisible que un edificio público como éste adolezca de tan enormes deficiencias de accesibilidad. Y no digo que sea sorprendente, porque cualquiera que intente acceder a la Casa de la Cultura de Villena se encontrará con algo parecido. Pero esa es otra cuestión, aunque creo que nadie me negará que estas situaciones son, como poco, indignantes.
En fin, que después de pedir disculpas si, estando equivocado, he podido ofender a alguien, no me queda más que esperar a ver si hay suerte y alguna de las personas dedicadas a estos asuntos se ocupa de ellos, porque resultaría incomprensible la permanencia en sus puestos de personas tan poco preocupadas por el cumplimiento de su deber.