Sobre los nuevos planes de pensiones europeos
La Comisión Europea pretende poner en vigor un denominado Producto Europeo de Pensiones Individuales; sus siglas son PEPP. Aunque su aprobación y puesta en vigor se iba a realizar durante el presente mes de Julio, se ha pospuesto a Septiembre. Estos PEPP son una demostración más de como Europa se construye desde el criterio de los mercados, se considera a los ciudadanos como consumidores y se concentra la riqueza en manos de unos pocos.
Básicamente se trata de lanzar unos planes de pensiones individuales que los consumidores residentes en países europeos podrán contratar a través de compañías de seguros, bancos, fondos de pensiones, empresas de inversión y gestores de activos, que estén radicadas en los países de la Comunidad. Hablan de estos planes como de complemento a la jubilación. Todas estas entidades benéficas se regirán por la misma norma legal y el consumidor podrá cambiar de proveedor cada cinco años.
Los estados miembros de la Unión Europea se pliegan al poder de los bancos (a los que hemos rescatado recientemente), renuncian a su responsabilidad como gestores de lo público y perpetran, conjuntamente con los grandes especuladores mundiales, el asalto a los últimos reductos de los estados solidarios que se han construido con el esfuerzo de la clase trabajadora. Todo ello basado en la falsa premisa de que todo este dinero que acapararán las entidades privadas, servirá para relanzar las inversiones y revitalizar la economía, cuando lo más probable, es que estas inmensas cantidades de dinero que están preparándose a recaudar, se utilicen para condicionar los precios de mercado de los recursos del planeta, condenar a los países pobres a seguir rindiendo pleitesía al primer mundo y perpetuar, en las sociedades avanzadas, los ejércitos de parados dispuestos a aceptar cualquier salario.
Los PEPP tendrán beneficios fiscales. Es decir, que aquellos que más tienen gozarán de un merecido descuento que privará, a los que menos tienen, de los impuestos que se recaudarían si ese dinero tuviera un tratamiento fiscal igual que la nómina de los trabajadores que llegan con dificultades a final de mes y jamás se podrán permitir un plan de pensiones. Dicen los ponentes (supuestamente políticos que representan a las mujeres y los hombres de los pueblos de Europa y cuyo generoso salario, viajes y suntuoso alojamiento pagamos) que estos fondos contribuirán «a canalizar el ahorro hacia inversiones a largo plazo, lo que coadyuvará a la consecución de los objetivos del Plan de Inversiones de mejora de las infraestructuras e impulso del crecimiento y el empleo». 1º No olvidemos que el dinero estará en manos privadas que harán lo que quieran con sus fondos. 2º La Unión Europea podría plantearse atacar ese Plan de Inversiones desde la capacidad recaudatoria de los Estados y con la financiación Banco Central Europeo que, supuestamente, está al servicio de los ciudadanos de Europa.
Estos son los goles que nos van colando esos embajadores de los mercados en la Unión Europea que pululan por los aeropuertos, estaciones de aves, hoteles y organismos oficiales con tarjetas que cargan de efectivo en los bolsillos de los trabajadores. Goles precedidos por las guirnaldas y los farolillos, los adornos de un lenguaje que retuercen hasta que se hace incomprensible. Nos ganan por agotamiento. Porque cuando creemos que estamos descifrando una mentira, ya han firmado el acta del partido y están preparando la siguiente jugada.
Así que al final de este artículo os dejaré el enlace de prensa de la Comisión Europea en el que encontraréis todas las ventajas de estos Planes de Pensiones, con sus emboscadas eufemísticas de rigor, sus alusiones a la estabilidad financiera, a la unión de los mercados de capitales, a la inversión, a la competitividad A ver si sois capaces de encontrar alguna mención a las personas.
La Europa de las empresas y los capitales se ha olvidado de la gente. En vez de construir una sociedad igualitaria y solidaria en la que las condiciones de vida sean las mismas en todo el territorio en cuanto al trabajo, la educación y los distintos servicios sociales; en lugar de plantearse un plan de justicia para el futuro de los trabajadores que con su esfuerzo han construido las escuelas, los hospitales, las carreteras, los edificios, los monumentos, las fábricas, los parlamentos
se empeña en ahondar en las diferencias fiando el destino de los pueblos a los usureros.