Sobre los prejuicios de la Sociedad Protectora de Animales de Villena
Hola, me llamo Baster y ya tengo dueño. Este podría ser perfectamente un pie de foto de las tantas que publicáis semanalmente en la sección dedicada a la protectora de animales y plantas de Villena (en adelante, la Protectora). Aunque estos pies de foto nunca nos dan esta buena noticia, ya que lo que siempre solicitan es precisamente eso, un dueño
Un dueño para tantos y tantos perros y gatos que esperan tener una nueva casa, alguien en quien confiar y a quien querer. Y fíjense bien que digo querer y no otra palabra, porque si bien todos estamos convencidos de que como personas podemos amar a los animales, yo no dudo ni un segundo que este sentimiento no sea recíproco, y que ellos nos devuelvan ese amor .
Dicho esto, parece ser que para la Protectora hay una afición o deporte que a los ojos de ellos impide amar, respetar y cuidar a los perros: La caza. Seguramente habrá miles de ejemplos de cazadores que aman a sus perros, pero el que suscribe estas letras quiere hablar de su experiencia personal.
Baster es mi perro, un cachorro de tres meses de raza Bretón que pude conseguir a través de Internet de manos de otro cazador y amante de los perros que tiene una pareja de Bretones que criaron, y que ofreció las crías vacunadas y en perfecto estado cuando se destetaron.
Yo quería tener un perro que me acompañara en la caza y en el día a día. Ya tengo desde hace 10 años un gato Persa en casa y también me hace mucha compañía, pero siempre me han gustado mucho los perros, y si no tuve uno antes era por falta de tiempo para cuidarlo. Fui entonces a las instalaciones que la Protectora tiene cerca del cementerio con la intención de adoptar un perro y cual fue mi sorpresa cuando al identificarme como cazador me invitaron a marcharme porque no daban perros en adopción a cazadores (esto de dar es una forma de hablar, pues hay que pagar 100 euros para adoptar a un perro según tengo entendido). Al preguntar el porqué me respondió el chico que estaba al cargo que los cazadores abandonamos o matamos a los perros cuando no nos interesan. Yo le increpé que si algún cazador obraba así merecía mi desprecio y que seguramente sería un porcentaje muy pequeño de cazadores los que hicieran esto, a lo que el chico me contestó que eso le daba igual, que pagaban justos por pecadores.
Me marché de allí con un sentimiento de rabia contenida, intentando dilucidar por qué habían llegado a esta conclusión, y pensando en el porqué se me privaba del derecho de adoptar a uno de estos animales que tanto lo necesitan. Me atrevo a decir que quizás alguna pequeña lágrima resbaló por mi mejilla.
Sirvan estas letras para denunciar cualquier maltrato que los cazadores hagan a sus perros, pero sirvan también principalmente para denunciar esta discriminación a los cazadores que aman a sus animales de compañía, que son la inmensa mayoría.
Rafael Moñino Estañ.
Cazador y socio de ADENA.