Sobre tener que pasar ITV a viviendas y gobernantes (todavía más) inoperantes
La semana pasada hablé en una carta al director de este mismo medio sobre el famoso tasazo en forma de revisión obligatoria que desde Conselleria (porque recordemos que esto viene desde allí) se pretende cobrar a los propietarios de viviendas de más de 50 años, y cómo la nefasta gestión del asunto por parte del ayuntamiento había desembocado en una alarma social generalizada.
Mi sorpresa vino cuando esa misma tarde la concejal se dio por aludida y contestó con un comunicado en el que decía poco menos que ella era una mandada y respondía a órdenes de arriba, sin hacer autocrítica sobre la cuestión que yo señalaba (que no era la obligación del gasto como tal, del que insisto no tiene culpa ni nada que rechistar, sino sobre cómo la actuación que se había llevado a cabo por parte de su concejalía había sido el detonante de una ola de ira y confusión) y prometiendo trabajar al respecto y programar una reunión informativa para aclarar dudas y contribuir a calmar ese malestar general que ella misma había generado. En vaya hora se le ocurrió
Lo de la reunión de ayer fue la muestra más gráfica de la nula capacidad de planificación y previsión que tiene el equipo de gobierno Verde y de cómo funcionan a salto de mata y sin pensar demasiado.
Una concejala más sensata habría pensado que algo que afecta a tantísima gente (9.000 personas de una ciudad que ronda los 34.000) no puede apañarse con una reunión en el salón de la Kaku. Una concejala que no fuera la que tenemos igual hubiera reparado en que, al igual que han hecho otras poblaciones, lo mejor era segmentar los afectados y primero reunirse con los administradores de fincas de nuestra ciudad, para que ellos fueran trasladando a su vez a las respectivas comunidades de propietarios las condiciones que les atañen y ejerciendo así de altavoz cualificado. Una concejalía que no estuviera comandada por nuestra actual concejal posiblemente hubiera preparado un documento a modo de díptico informativo para repartir por los buzones de las casas sometidas a esta ordenanza y entre los asistentes al acto, para que tras la reunión les quedase sintetizada y resumida la información.
Pero como a quien tenemos es a quien tenemos, lo que hemos recibido ha sido un esperpéntico acto que dejó más gente fuera que dentro (dice mucho de todo esto el que entre los que se quedaron a las puertas estuviera el propio alcalde) y que solo hizo que contribuir al malestar, a la rumorología y a la desinformación.
No sabemos lo que dijeron dentro del salón, igual las personas que allí pudieron entrar salieron del habitáculo iluminadas por la verdad absoluta sobre esta materia, pero lo dudo. Lo que sí sabemos es que la práctica totalidad de los afectados siguen igual que estaban antes de la reunión, pero con un mayor enfado todavía.
Por último cabe concluir que viendo tardes como la de ayer se entiende cómo es que la ciudad va como va. Por qué se pierden una tras otra las subvenciones de diferentes áreas, por qué desde que están en solitario no se ha hecho absolutamente nada en materia de infraestructuras si no es porque nos las han ido haciendo desde Generalitat o Diputación, por qué el servicio de recogida de basuras tiene la ciudad hecha una porquería desde que se gestiona por el ayuntamiento y por qué cada vez más iniciativas y actividades se han ido dejando morir de inanición.
Y a todo esto y con elecciones en 6 meses, los presupuestos de este año y el PGOU ya tal. Ellos sabrán.