Hace aproximadamente mes y medio, navegando por la prensa digital de nuestra localidad me detuve en una noticia que me llamó francamente la atención. Se trataba de la aprobación en el último pleno local del año de una normativa que, por cierto, no ha causado suficiente eco entre los ciudadanos. Resulta que se trataría de incitar a los propietarios de solares no urbanizados para que cediesen sus terrenos como aparcamiento. Por lo que entendí, no existiría remuneración alguna. Al menos, esos propietarios deberían poder establecer un precio por el uso y disfrute que hagan de su solar, o directamente situarse en su terreno y dejar estacionar solamente a aquellos que paguen el precio demandado.
En un principio, al parecer, se pensó en realizar, por lo menos, un 20% de descuento en el Impuesto de Bienes Inmuebles de los titulares del solar. Pero, finalmente, debió pensarse que era una limosna. Así que mejor no dar nada por prestar ese servicio. Y llega la propuesta a pleno y, si no entendí mal, fue aprobada por unanimidad. Debe ser que pensaron todos supone ahorro
pues pa la saca.
Vaya por delante que no soy propietario de estos solares, pero sí me llama mucho la atención el pretender que terrenos privados se destinen a parking público gratuito, cuando progresivamente se van eliminando los pocos estacionamientos públicos existentes en la actualidad.
De hecho, en la Propuesta llevada a Pleno Municipal se reconocía que: El aparcamiento es uno de los problemas que nuestra ciudad tiene en la actualidad. El aumento del número de vehículos durante estos años, unido a la eliminación de plazas de aparcamiento en diferentes puntos de nuestra ciudad, ha hecho que los ciudadanos y ciudadanas de Villena vean como una auténtica odisea el poder aparcar en las calles de Villena.
Entonces ¿por qué se eliminan estacionamientos cuando precisamente la demanda de estos aumenta?
Sinceramente, nunca entenderé el porqué de realizar baldosas tan gigantescas. Y no critico a un partido ni a otro. Diferentes Equipos de Gobierno lo han venido ejemplificando con sus actuaciones. Cada obra que se realiza en este sentido, supone el ensanchamiento de aceras hasta dimensiones, en mi opinión, desmesuradas. Tenemos ejemplos de todo tipo. Sin ir más lejos, la reciente actuación llevada a cabo en Calle Gelela pone de manifiesto la reducción de bastantes estacionamientos. Pero también las gigantescas baldosas que forman las esquinas en la zona de La Morenica o en calle Gran Capitán O la reforma del Paseo, donde muchos conductores de autobuses se las ven y se las desean para pasar. Y es que, en muchas ocasiones, hay tal dimensión de aceras que dan para montar un chiringuito, y sobra todavía.
En fin, debe ser una moda arquitectónica que causa furores. Porque, lo que se dice necesidad, me cuesta encontrarla.
Por otro lado, está claro que las rampas de acceso deben ser adecuadas para toda persona con cualquier tipo de discapacidad, e incluso sin ella. Aunque creo que esto es un poco contradictorio, pues las enormes baldosas que forman muchas esquinas conllevan la supresión de numerosos estacionamientos. Porque todas aquellas personas con discapacidad, a las que el automóvil les resulta más necesario si cabe todavía, supongo que lo irán teniendo cada vez más difícil para acceder a cualquier establecimiento.
Y esto me sirve para enlazar con la enésima eliminación de estacionamientos. El acondicionamiento del tramo Salesianos-Plaza de Toros. Parece ser que aquí las baldosas ya van a ser de record. Por lo visto, determinadas zonas gozarán de aceras cuya amplitud podría llegar a alcanzar los 8 metros. Que digo yo que da para ir toda la familia agarrada de la mano, con abuelos, nietos y bisnietos. Y, mientras tanto, veremos cómo desaparecen numerosos estacionamientos que permitían tener un mejor acceso a los establecimientos del centro de la ciudad. He oído a muchos decir que todo esto incentiva el comercio. Desconozco los estudios que existan al respecto sobre el incentivo que supone para el comercio la reducción de plazas de estacionamiento. Lo que sí supongo es que para todas aquellas personas con movilidad reducida y que precisan de vehículo, esto no será precisamente un incentivo. Quizás prefieran baldosas más normales, y estacionamientos más normales.
Probablemente el problema sea que, a diferencia de otras localidades, en Villena queramos tenerlo todo en una avenida de la ciudad; estrangulando el crecimiento de la misma, y sin posibilidad de otros ejes de tráfico alternativos.
Fdo. José Gaspar Muñoz
