Sociedad

Somos (no tan) diferentes, somos iguales

Durante la noche del miércoles tuvo lugar en el Patio Festero una fiesta rumana vinculada al curso sobre “Cultura Rumana” que se ha impartido en los Cursos Abiertos de Verano 2007. Además de disfrutar de una muestra del folclore del país, los asistentes pudieron degustar guisos y bebidas típicas de Rumania.
El curso, coordinado por la profesora de traducción e interpretación de la Universidad de Alicante Catalina Iliescu, que también forma parte de la Junta Multicultural de Villena, ha permitido a los 30 alumnos inscritos (se han cubierto todas las plazas) detectar y analizar los principales tópicos relacionados con la cultura rumana y difundidos a través de la literatura, el arte, el cine, etc. También familiarizar a los asistentes con los aspectos culturales e idiosincrásicos más prominentes del entorno rumano, con especial hincapié en las frases hechas y los chistes, y analizar diversas manifestaciones artísticas rumanas (teatro, literatura, cine) para identificar sus tendencias más destacadas y ponerlas en comparación con la cultura española.

Trabajar por la integración
La fiesta contó con la actuación del grupo Codrisorul, 5 parejas de baile y dos músicos, violinista y pianista, que ofrecieron a los asistentes –alumnos del curso, vecinos de Villena y rumanos habitantes en nuestra ciudad– una breve muestra del folclore rumano. Estos músicos y bailarines, totalmente amateurs, son inmigrantes rumanos que viven en Alicante, localidad donde la propia Catalina Iliescu coordina la asociación ARIPI (Amigos de Rumania para la Iniciativa y Promoción de Intercambios Culturales), un proyecto solidario y sin ánimo de lucro que tiene la intención de contribuir al acercamiento entre la cultura rumana y las demás culturas que coexisten en Alicante, principalmente la española y la valenciana, en sus manifestaciones más variadas. ARIPI (que significa “alas” en rumano), está abierta a todas aquellas personas que deseen contribuir a una mejor integración de la población rumana y al conocimiento cultural mutuo.

Productos de la tierra
Como guinda a la fiesta y al curso, los alumnos y el profesorado trabajaron en la confección de guisos típicos rumanos, como una empanada de champiñón, unas croquetas con diferentes carnes o una curiosa variedad de ensaladilla con mostaza, que hicieron las delicias de los asistentes. Además, no faltó una bebida típica, aunque sólo apropiada para los estómagos más fuertes: un aguardiente de ciruela de fabricación casera y muy alta graduación que, superado el primer trago, se convirtió en el mejor digestivo posible. ¡Salud!

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