Cartas al Director

Subida de sueldos = + crisis para los demás ciudadanos

Fue una de las cesadas ministras la que acuñó la frase “el dinero público no es de nadie “. Confundida la señora ministra con sus altos quehaceres, no supo distinguir nadie en concreto, de todos en conjunto. Propietarios del dinero público lo son la señora de la limpieza del restaurante de moda cuya nómina, las más de las veces, no supera el importe de la cuenta de muchas comidas de las llamadas de trabajo; el albañil, el pintor, la maestra, el zapatero, el limpiador de las calles, los empleados por cuenta ajena y los autónomos y, por supuesto, los jubilados y pensionistas. El denominado erario público es propiedad de la sociedad que representa la institución encargada de administrarlos, a la que acceden los políticos elegidos democráticamente en lid electoral para gestionarlo debidamente. Los dineros públicos, los fondos públicos, son de todos, y deben revertir en todos e incluso en los que no lo son.
Por eso cuando los administrados, ciudadanos y vecinos, observamos la alegría en el dispendio que con el erario público practica gran parte de la clase política. Es lógico que nos escandalicemos cuando vemos que un señor o señora “político/a” que, antes de ser elegido Alcalde estaba percibiendo en su empresa una nómina de 1.600 euros al mes y, seguidamente de ser nombrada alcalde, se pone una nómina mensual multiplicada por tres o más. Pero más pesambre es comprobar la estafa al ciudadano. Las cantidades que se manejan, tanto por exceso como por defecto, y los receptores o beneficiarios, tanto personas físicas como jurídicas, no pasarían la mayoría de las veces un riguroso examen ético-contable. Un ejemplo didáctico de lo que no debiera ser nunca, lo constituye la relación de ayuda económica que estos sin ética ninguna se ponen. El sorprendente reparto, injustificable por donde se mire. Se premian ellos solos con los mayores dividendos. Dislate benéfico sin precedentes. Mientras, las partidas sociales reciben cantidades económicas ridículas.

Otra zona turbia de reparto de fondos públicos se da en los políticos de confianza, que a través de las decisiones de sus mandamases, revierten importantes sumas que van directamente a los bolsillos de amigos y adictos a la causa. Podemos destacar la cantidad en todo el territorio nacional de diputados, alcaldes y concejales que se encuentran imputados en delitos de corrupción, sea de tipo inmobiliario u otros delitos de cohecho, etc. También en nuestra ciudad nos salen enanos que quieren medrar a costa del dinero público. Nuestra Excma. Alcaldesa, al parecer y haciendo uso de sus prerrogativas, va a premiar a sus concejales con un aumento de un 20% en sus nóminas, al parecer por sus reiterados sacrificios por sus ciudadanos. (Aún recuerdo las palabras de varios concejales incluida la alcaldesa en las pasadas elecciones municipales, de que venían a trabajar por el pueblo. Pero lo que no dijeron es la totalidad de nómina a percibir.)

Pero claro, qué les importa a ellos si existe o no crisis en las familias para llegar a final de mes. Parecer ser que la alcaldesa ha encontrado en ese regalo de aumento de sus nóminas un proceso de delirio; es decir, si yo fuera ella, que no lo soy, le buscaría una atención profesional, pues debería estar en estos momentos en el psiquiatra.

Lo que también nos ha llamado la atención es que presuntamente dicho aumento lo van aprobar con nocturnidad y a sabiendas de que se lo merecen por el trabajo que dedican a su “pueblo”. Además en un momento de crisis económica y un constante aumento del paro de sus ciudadanos, ¿qué espectáculo de vileza es el que estamos viendo en el PP? Reconozco que jamás pudiera imaginar que la Excma. Alcaldesa albergara tanta capacidad para el mal. Tanta mezquindad, tal doblez como la que supuestamente está exhibiendo. Mientras muchas familias y pensionistas no llegan a final de cada mes.

Si fuera cierto, sería la más grave tomadura de pelo a esas familias votantes o no votantes del PP. Cada día más ciudadanos de Villena se preguntan sí esa es la reiterada ética económica que ha salido del reciente congreso celebrado en Valencia. De ser verdad, la Excma. Alcaldesa ha quedado en evidencia ante sus conciudadanos. Ahora sólo nos queda ver en estos tres años que queda de legislatura si van hacer como sus anteriores contrincantes, dejar limpias las arcas municipales antes de abandonar el barco, o sea, el ayuntamiento. Recordemos las últimas declaraciones del portavoz del PSOE que al ser preguntado sobre qué le parecía ese aumento, respondió que no le importaba. Cada uno de los lectores que saquen sus propias conclusiones. Para mi ha sido muy fácil sacar su interpretación, al parecer para esté es más importante que un señor muerto y olvidado, “devuelva unas medallas” que Dios sabe quién las tendrá. Pero el señor “erre que erre”, al parecer no existen problemas más importantes que solucionar, como por ejemplo: qué pasa con las viviendas para los jóvenes, y menos jóvenes, que no pueden emanciparse. ¿Acaso no es más importante la sanidad de nuestros mayores que esas reiteradas medallas? ¿O acaso no es más importante comprometerse seriamente para defender sus derechos en general que esas medallitas de Franco? Señor portavoz del PSOE, vd. me ha engañado. Si he contribuido yo a engañar a alguien, le pido disculpas, pero yo he sido el primer estafado.

Por último, recordarles a Vds. que el uso indebido de los fondos públicos genera en los ciudadanos una creciente desconfianza, quebrantando la relación entre ellos. El distanciamiento de la sociedad con sus instituciones origina un proceso de complicado retorno. El poder público es una posición de servicio y, por ello, cuando se abusa desde él se entra en contradicción con la razón de su existencia. El ciudadano se resiste a prácticas opacas por parte de las administraciones públicas. Exige reglas claras y comprensibles y, por supuesto, procedimientos transparentes para evitar estos atentados “económicos” al contribuyente que paga sus impuestos religiosamente.

Fdo: Luis Soria Navarro

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