Abandonad toda esperanza

Sueños y pesadillas al por mayor

Abandonad toda esperanza, salmo 126º
Del cine suele decirse que es una fábrica de sueños, pero también lo es de pesadillas... mayormente para los que trabajan en la fábrica: detrás de todo film se esconden semanas de duro trabajo, enfrentamientos con actores o realizadores (según quien cuente la película) y dudas existenciales (en el sentido de que no se sabe si el film acabará existiendo o no).

Las biografías de las grandes estrellas dejan bien patente que lo que más interesa no es el análisis crítico de la película como obra artística, sino la vida privada de sus protagonistas... sobre todo si tienen un lado oscuro. Y Cary Grant, quién se lo iba a decir a sus coetáneos, lo tenía: la representación por antonomasia del hombre perfecto y símbolo de la edad dorada de Hollywood escondía (entre otras cosas, y por obligación contractual) su homosexualidad, puesta de manifiesto en su relación con la estrella del western de serie B Randolph Scott, así como un conflicto de identidad basado en la mentira que supone la imagen que se imprime en celuloide. Como él mismo dijo: “Todos quieren ser Cary Grant. Hasta Cary Grant”.

Pero lo que distingue a las buenas biografías de la prensa amarilla es, además de un cuidado estilo literario (y Marc Eliot, autor de la mejor biografía sobre el actor británico, hace gala de ello), que estén bien documentadas y que aporten algo al disfrute de las películas. Recientemente pude ver esa gozada titulada Con la muerte en los talones por enésima vez y les aseguro que se ve de otra manera.

Y qué decir de las pesadillas del cine español, sobre todo si es de género: después de que la Ley Miró destinara toda subvención a un cine de autor de supuesta calidad, el cine fantástico patrio pareció vivir el sueño de los justos, hasta que Álex de la Iglesia primero y Alejandro Amenábar después iniciaron un proceso de resurrección que todavía no ha terminado, y que obliga a producciones realmente ambiciosas a bregar con presupuestos irrisorios y la reticencia de crítica y público. Bien lo sabe Óscar Aibar, guionista de cómics, cineasta y a la postre escritor, que con su segunda novela, basada en hechos reales, pone los puntos sobre las íes y pasa factura al estado de las cosas.

Y es que Making of, como su título indica, es un “Cómo se hizo”, el de su película Atolladero, peculiar amalgama de ciencia ficción, comedia y spaghetti western durante cuya producción el director y su equipo vivieron en sus carnes lo difícil que es hacer cine de género en España: durante el rodaje en Tudela, que debía pasar por el desierto de Texas, los técnicos dudaban día sí día también si iban a cobrar por su trabajo, y estuvieron a punto de tirar la toalla en más de una ocasión. Así lo recuerda el realizador, quince años después, cuando acude a una pequeña localidad murciana para recibir un homenaje.

Y si del documentadísimo libro sobre Cary Grant puede decirse que se lee como una novela, de la novela de Óscar Aibar hay que señalar que es tan ilustrativa e interesante como el mejor de los artículos sobre las miserias del cine patrio. Y antes de que pregunten, sí, se lee como la novela que es: divertidísima, lúcida y tristemente veraz.

Cary Grant. La biografía y Making of están editados por Lumen y Mondadori respectivamente.

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