Susto o muerte
Abandonad toda esperanza, salmo 294º
Halloween pasó, y la mayoría de las televisiones patrias -las públicas, se entiende- hicieron como si la cosa no fuera con ellas. Solo Canal 9, que con eso de ser la más localista quiere ser también la más universal, imitó a sus colegas del otro lado del charco emitiendo Halloween... pero no la de John Carpenter, sino el remake de Rob Zombie, que no está mal pero no es lo mismo.
Así pues, celebré el evento viendo un par de pilotos de sus respectivas series de terror. No les explicaré lo que es un piloto, porque ya lo hizo muy didácticamente Samuel L. Jackson en Pulp Fiction, y entraré directamente en materia: no está nada mal el de The Fades, con la que la prestigiosa BBC parece querer llamar la atención de un público adolescente para el que últimamente solo se ruedan bobadas al estilo de Crepúsculo: cualquiera que haya visto naderías como Hidden Palms o Point Pleasant, u otras que podrían terminar siéndolo como The Gates o Teen Wolf, sabrá a lo que me refiero. Pero el arranque de The Fades deja entrever que estará por encima de la media: aunque haga referencias gratuitas a autores como Tolkien o Alan Moore, y en sus peores momentos parezca un calco del Neil Gaiman más domesticado o un Clive Barker descafeinado (caballeros todos británicos, dicho sea de paso), en su reflexión acerca de la muerte como un estado del ser tan jodido como la vida -un personaje dixit-, se me antoja un más que prometedor cóctel de fantasía y denuncia social. Vamos, como si Ken Loach o Mike Leigh adaptaran a Terry Pratchett, al que por cierto también se cita. Y sí, todos estos también son ingleses. Aquí todo es muy inglés, para beneficio del espectador.
La que no es inglesa sino norteamericana, ya desde el mismo título, es American Horror Story, la segunda apuesta de la Fox para conquistar a los fanáticos del escalofrío: si The Walking Dead es la serie que revienta los índices de audiencia, esta creación de Ryan Murphy -cabeza pensante de las series Nip/Tuck y Glee- se consolidará como la producción de qualité destinada a un público más radical pero que a la chita callando puede dar una gran sorpresa. De momento, la suma de gótico americano, con sus fantasmas y sus freaks, con drama convencional (la familia protagonista está formada por una pareja en crisis y su hija adolescente), todo ello salpicado con gotas de sexo retorcido, funciona a la perfección. Y si The Fades opta por mostrarse mortecina y oscura, esta opta por darnos algún buen susto que otro. Si les gustan los sustos, podrán ver el piloto este próximo lunes 7; si no les gustan, haber elegido muerte.
Por lo demás, y para que no se diga que la tele nos convierte en iletrados, de vez en cuando hago como Groucho Marx: apago el televisor y cojo un libro. Y qué mejor que celebrar el Día de Todos los Santos leyendo las andanzas de Don Juan. Pero por no recurrir a la obviedad de releer a Zorrilla me pongo con el drama de Tirso de Molina El burlador de Sevilla, para acto seguido continuar con el de Molière. Una oportunidad única que nos brinda el volumen que acaba de editar DeBolsillo y que, contra todo pronóstico en un mundo ilógico y demencial como este, es una edición de bolsillo. El libro en cuestión también incluye el libreto de Lorenzo da Ponte para la ópera de Mozart, aunque no sé si me atreveré con él porque lo que es oído no tengo. Pero sobre esto ya volveremos en breve.
American Horror Story se emitirá en Fox España; Don Juan está editado por DeBolsillo.