Cartas al Director

Talento villenero

Decir que en nuestra ciudad hay mucho y buen talento literario –indiscutible que en otras materias, y a lo largo de siglos, también– no es nuevo, pero considero de ley –desde esta tribuna (si es que se me permite)– remarcarlo. A finales del pasado año se dieron cita, en las librerías de Villena, un nutrido número de publicaciones relacionadas con nuestra población y escritos por vecinos nuestros. Libro, novela o ensayo tiene el mérito que tiene y sus difusiones son necesarias y por qué no decirlo, justas.
Leer es una satisfacción propia del ser humano. Un derecho inalienable del mismo. Sirve –entre miles de aspectos más– para adentrarse en el mundo de quien escribió esas letras, para culturizarse, amueblarse la mente, desinhibirse y concentrarse. Y si lo que leemos nos sirve para conocer más a paisanos y a nuestra localidad mucho mejor.

Entre los títulos que en diciembre de 2010 vieron la luz están “Villena Roja”, “¡Todos a los refugios!”, “Miguel Hernández en 48 estampas” y “La Bandera de Villena”. Pero además de esos autores: César López, José V. Arnedo, Pedro Villar, Pedro Villarejo –a los que tengo el placer de sumarme–, deben estar otros como Mateo Marco, José Fernando Domene, Eleuterio Gandía, Miguel Flor, Laura Hernández, Juan B. Vilar, Juan Ramírez, “Solis”, José Guillén, Fco. Javier Rodenas, Vicente Prats… a los que mucho, en este sentido les debemos. Al igual que a plumas y mentes tan preclaras como lo fueron Faustino Alonso, Mª Dolores Gras, Alfredo Rojas o José Mª Soler, entre otros. ¡Qué suerte haber tenido personas con tanta estima a nuestras raíces y haberlo hecho saber de manera tan genial!

Sé que siempre, en una enumeración como la anterior, se quedan fuera –inmerecidamente– muchos nombres que no debieran. Lo siento. Y esto se sabe ojeando, por ejemplo, alguna que otra Revista Villena –una publicación siempre interesante y olvidada– y comprobando el gran número de impresionantes artículos tanto de Historia e Investigación, como de Poesía y Literatura, que siempre la complementan y dignifican.

Los Premios de Iniciación a la Investigación que convoca la Fundación Municipal “José María Soler”, con objeto de fomentar y promover el conocimiento del patrimonio cultural y natural de Villena y su entorno, entre los estudiantes, son un acierto y un acicate, al igual que el de Ensayo e Investigación “Faustino Alonso Gotor” que convoca la Comparsa de Estudiantes. Sin olvidarnos de los Premios “Alfredo Rojas” y “Charraícas del Paseo”, que se conceden por los escritos de la Revista especial “Día 4 que fuera”.

Lo bueno, además, es que no es todo historia e investigación lo que nos hace sentir a los villeneros. La novela “El hijo del Rey Naja” de F. H. Jordán –recientemente publicada– así lo demuestra. Un libro apasionante y colosal que está inmejorablemente bien estructurado y que se sitúa –no exagero– a la altura, o mejor, de obras como “La sangre de los inocentes” o “El último Catón” (de Julia Navarro y Matilde Asensi).

No nos neguemos al placer de la lectura ni al derecho inalienable al que aludía. Y más teniendo tan buenos humanistas y escritores con talento e inquietudes tan cerca.

Fdo. Amado-Juan Martínez Tomás

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