Hasta donde yo conozco

Te equivocaste, Celia

Te equivocaste, Celia. Te equivocaste al ordenar con demasiada rapidez y con tan escaso sosiego restablecer el orden. A mi entender, te equivocaste en eso, en una excesiva premura. Te diré que la mayor virtud que tiene el Poder es la de indultar y poder administrar clemencia. El Poder es grande no porque condene y aplique penas, porque eso también pueden hacerlo la Justicia y la Sentencia. Ambos pueden instar, condenar y ejecutar, pero solo el autentico Poder puede indultar. Esa es su grandeza. Es eso lo que los distingue. Solo el Poder condona penas. Y a ti te faltó esa cualidad, el sosiego.
Uno, en el fragor de la discusión, puede excederse dialécticamente, y aun sin llegar a emitir un insulto, si puede causar molestia en el oponente. Yo también me excedí, lo recordarás. Pero reconocí ese exceso pidiendo disculpas el mismo día siguiente. Adela se ha excedido, y lo que es mas grave, no reconoce su error, con lo que no solo denigra al Pleno Municipal, sino también a la Ciudad que la ha elegido para representarla. Y yo no quiero que me represente alguien que no es capaz de reconocer sus errores, por muy dictatorial que diga que eres. Eso no lo justifica.

Si no está de acuerdo contigo, o si cree vulnerados sus derechos, no tiene más que llevarte a los tribunales. Pero aun hay más, que intentare explicar. Tu eres la Alcaldesa de Villena, porque ella te ha votado para ello, yo no. Yo te vote solo como integrante de una candidatura, pero no somos los electores los que elegimos Alcaldes, sino los Concejales. Ella te eligió a ti, como Alcaldesa de todos nosotros, por eso, aun con más razón, te debe respeto.

Mullor y Rodes, en sus épocas de Alcaldes, nos dejaban hablar a todos los Concejales y todo lo que queríamos, lo único que nos pedían era que no fuésemos repetitivos, que aportásemos algo nuevo cada vez al debate. Solo Vicente Tortosa consideró que debía regular esas intervenciones, concediendo limitadamente el uso de la palabra, a mi entender con poco acierto, pues a partir de entonces se ha hecho muy critica esa limitación

Dicho todo esto, resulta más que evidente que todo aquel que sustente una acción como la que cometió Adela, se comporta igual que ella. No vale la solidaridad con quien es incapaz de mantener el orden y la compostura, por mucha razón que crea llevar. En un sistema de libertad de derechos solo la Justicia da o quita razones y argumentos.

Adela debe pedir disculpas, aunque sean tardías, y lo debe de hacer pensando principalmente en su ciudad y luego particularmente en sus votantes, que lo hicimos, pero no para que se comporte así. El abandonar el salón de Plenos considero que es una medida de protesta por algo que pensamos se nos vulnera. Yo también lo abandoné un par de veces como signo de disconformidad, Pero nunca porque alguien rompiera el orden y la cordura. Si Socialistas y Verdes también han auspiciado ese comportamiento no han hecho mas que dar una muestra, una más, de la fragilidad de su ética.

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