Teatro Chapí 2014. Primer semestre (I)
Aunque pueda parecer extraño, al echar un primer vistazo a la nueva programación del Chapí, diré que la afición teatral villenera puede estar de enhorabuena. Y digo extraño porque un espacio escénico es un lugar donde tienen cabida multitud de espectáculos, y el diseño de una programación pública tiene la sensata obligación de moverse en dicho abanico atendiendo a dos funciones fundamentales: atender a todas las disciplinas con el fin de promocionarlas y, en el peor de los casos, mantenerlas vivas; y satisfacer a su público sea al minoritario, sea al quien con receptividad a la cultura pueda descubrir nuevos intereses.
En el Teatro Chapí hemos podido ver de todo durante algo más de una década: teatro, danza y música, en muchas de sus variantes (musical, pantomima, ópera, circo, percusión
). Pero ese todo, por necesidades del guión, se ha ido inclinando a favor de una u otra rama escénica. Y en este caso, en el presente semestre, la balanza se inclina hacia el teatro, con nueve espectáculos que van desde el teatro de texto al circo, los títeres o el musical. En el terreno infantil, por ejemplo, a primera vista ya nos encontramos con algunas citas ineludibles. La propuesta de Títeres Etcétera Pedro y el lobo, pieza del compositor ProkofievFulgencio M. Lax sobre el texto de El mago de Oz, un clásico intemporal cuya ficha técnica (con producción de Nacho Vilar, dirección de César Oliva, un buen elenco de intérpretes
) nos hace confiar en que está en buenas manos, una de las mejores posibles, que será una versión fiel, creativa y amena.
No desestimaría igualmente acercarme al espectáculo circense Potted de la compañía alicantina La Trócola ya en abril. Ni a los Sueños de arena que presentarán en la fachada del teatro Borja y Tuquepintas casi cerrando la temporada a finales de junio. Y por supuesto en todos los casos acompañado del señor S., a quien este semestre se le va a acumular el trabajo si pensamos en los espectáculos infantiles que regularmente programa nuestra Casa de Cultura y que generalmente no tienen desperdicio. Un buen comienzo de año para el teatro infantil. Del resto me ocuparé más adelante.