Cultura

Teatro Chapí, cierre de programación

Llegado el siete de enero no me cabe la menor duda de que no son los míos los únicos suspiros de alivio que resuenan en la noche. Ahora sí parece que el nuevo año ha comenzado. Igual que el nuevo ciclo de nuestro periódico, volcado ya en esta Red que llega a todas partes.
Nuestro Teatro Chapí en cambio, todavía guarda algunos ases en la manga antes de comenzar en febrero con la programación del segundo semestre. Una fórmula que se organiza en torno a la estación estival, donde los teatros suelen (solían) cerrar sus puertas. Así que la producción de espectáculos se adaptó a tal calendario del mismo modo como muchos festivales escénicos aprovecharon este vacío para situarse y servir a las compañías de escaparate donde encontrarse con las partes contratantes.

Posiblemente todo cambiará, porque también en el mundo del espectáculo todo está cambiando: con ayuda de los recortes en Cultura de ayuntamientos, diputaciones, consejerías autonómicas, etc.; con ayuda de los trece puntos de IVA pesando como losas en cachés y taquillas; con el abandono estatal del cuidado de nuestras empresas teatrales y, sobre todo, del cuidado de proyectos y propuestas que esforzadamente generan creaciones que paso a paso avanzan sobre el camino del arte, evitando que nuestra sociedad se quede atrás, en un círculo cerrado. También en el mundo del espectáculo todo está cambiando: porque haciendo honor a su herencia milenaria el arte sabe pasar penalidades, pero no consiente abandonar su lucha.

En el cierre de temporada de nuestro Teatro nos encontraremos con el Julio César de Shakespeare, que como podrán observar viene presentado por las productoras Metaproducciones y Pentación, junto con el Teatro Circo de Murcia y el Festival de Teatro Clásico de Mérida. Aquí nos encontramos con el mismísimo Mario Gas en el papel de Julio César, una de las fuerzas vivas del teatro nacional que ha firmado la dirección de decenas de espectáculos y ha dirigido algunas de las emblemáticas salas nacionales. También llama la atención la propuesta Harket que la siguiente semana realizará la compañía Panicmap. Se realizará encima del escenario, limitando notablemente el aforo, por lo que no deberán despistarse si quieren disfrutar de este singular proyecto abierto a distintas disciplinas.

Por último la programación nos propone un reencuentro en el ámbito del teatro infantil. Yoni Ramírez, alma mater de los Musiconautas de Villena, nos presenta una revisión de su espectáculo Los siete duendes del mundo donde la música y la palabra se entrelazan dando pie a la figura de “Cantacuentos”. Una de las mejores fórmulas para disfrutar junto a unas niñas y niños que se dejarán seducir por una experiencia sin botones ni pantallas táctiles. También en el escenario del teatro, en función doble y con aforo limitado.

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