Cultura

Teatro Chapí. Otoño 2013

Lo cierto es que yo, igual que unas cuantas de ustedes, queridas personas, esperaba encontrar la semana pasada éstas notas sobre la programación del primer trimestre de nuestro Teatro Chapí. No pasa nada. Aunque haya transcurrido una semana desde la apertura de las taquillas para la venta de abonos y entradas, imagino que el retardo de mi columna no habrá influido en el interés por el show de Joaquín Reyes. Un señor al que artísticamente tengo en gran estima, justificada por el talento y la determinación que he podido disfrutar cada vez que he visto alguno de sus trabajos.
Y adentrándonos en el programa de Otoño, me encuentro con Fisterra de Ferrán González, donde Blanca Portillo retoma –casi de forma forzosa– su papel como actriz en un “duelo interpretativo” con Ángeles Martín. Me llama la atención, con dos salvedades o miedos: Uno, la masiva asistencia de público “de todo tipo” en respuesta a un cartel de caras conocidas (y con ello quiero decir, ustedes me perdonarán, público irrespetuoso, del que tuitea a tu lado durante la función sin importarle si te deslumbra con su pantalla extra larga, por ejemplo); Dos: encontrarme con un duelo interpretativo que me recuerde a aquellos de nuestras grandes damas del teatro español (tan fuera de lugar hoy día). A continuación, en el programa, nos encontramos un año más con algunos de los espectáculos del circuito artístico Danza a Escena, que no solo abre el espacio a la danza, sino que nos acerca los trabajos de importantes compañías a los que difícilmente tendríamos acceso. También descubro el Julio César, pieza que la Fundación Teatre Lliure representó en Villena en noviembre de 2004 y que vuelve bajo la dirección de Paco Azorín. Será curioso para quienes (inevitablemente) conserven el recuerdo de aquella propuesta escénica, revisar ahora el texto del genio inglés en boca de profesionales como Mario Gas o Tristán Ulloa (entre otros). Por último me arriesgaré, aunque poco puedo decirles de Harket [Protocolo] salvo que a primera vista me llama la atención. Finaliza esta programación con el espectáculo de la Asociación Musiconautas de Villena, Los siete duendes del mundo. Obra y gracia de nuestro querido Jerónimo (Yoni) Ramírez. Un trabajo quizás conocido por gran parte del público villenense, que ahora se presenta madurado por los sinsabores que regala la experiencia y por el aprehendido saber escénico que conlleva. Una pieza labrada con cariño, verdades y canciones, donde el espíritu brama más fuerte que la materia. Una inexcusable cita con el artista villenero.

Entre tanto, ya saben, este fin de semana celebramos la XVIII Muestra Villena, que cuenta con cientos de expositores y un buen puñado de actividades y degustaciones para todos los gustos (como mi querido concurso de Habilidades tractorísticas), una buena excusa para salir a la calle a pasear y a encontrarnos.

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