Cultura

Teatro Chapí vs. Conservatorio

Comienzo la semana estrenando la camiseta que gané en el concurso de malgusto.info. Y descubro un par de propuestas para terminarla (el viernes 28): el concierto de Enric Peidro Quartet en la Casa de Cultura, y el concierto de la Plataforma Cultural de la revista La Kuriosa con La Furgo y Ciruelas (grupo de Fele Martínez, José Mª Oliver, Joe Carmona y el villenero Rulo Pardo) en la Sala Stereo de Alicante.
Entre tanto (o alrededor) voy siguiendo las novedades que surgen sobre las obras para el emplazamiento del Conservatorio de Música en el Teatro Chapí. Los giros que está dando este asunto no resultan especialmente llamativos –es difícil destacar dado el nivel de extravagancia que ha alcanzado nuestra ciudad–. Con todo, interesado en el tema, busco noticias y foros que tienen que ver al respecto. Entre el material encuentro la columna El ansiado traslado, fechada la última semana de enero del pasado año por Epdv, que releo para ver lo que yo mismo opinaba al respecto (y no voy a volver a repetir). Y puede que sin sorpresa descubro que los conflictos que surgen ahora, un año después, poco tienen que ver con aquello que me inquietaba entonces, un año antes. Y puede que con tristeza descubro que los problemas que se plantean hoy a fin de cuentas nada tienen que ver con el propósito del proyecto en sí. Es como si al proponernos meter cuatro elefantes dentro de un seiscientos tuviéramos la suerte de que discutieran entre ellos por no poder alcanzar el mechero del coche desde el asiento trasero. Del mismo modo, frente a la nueva ubicación del Conservatorio tropezamos con las incomodidades que causamos a la UDP y al espacio administrativo del Teatro (que será al final el verdadero damnificado).

Contrariedades puntuales o secundarias que nos desvían de los verdaderos problemas. Primero, el de contar con un arquitecto municipal que en mi opinión se cubre de gloria en el planteamiento de la mayoría de sus proyectos (tanto por diseño como por funcionalidad –Casa de la Cultura por ejemplo–). Segundo, el de intervenir en los espacios de la ciudad como si no hubiera un ayer ni un mañana: sin prever, o presentar al menos, una idea del modo en que se relacionarán los distintos espacios entre ellos y con nuestra ciudad (sinergia, sinestesia...); sin prever, o presentar al menos, las ventajas (o debilidades) del cambio para todos los órganos afectados en la cuestión.

Puede que sea la urgencia por acogernos a los plazos de las ayudas económicas lo que nos esté llevando a esta situación. Pero puede que además padezcamos un ansia caprichosa que nos lleve a hacer por hacer. En cualquier caso debemos saber por experiencia que lo que está mal hecho estará mal hecho y que nunca es tarde para pararse a reflexionar.

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