Déjenme comenzar hoy con este refrán popular: Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar. Y es que si bien ha llovido poco desde aquel terrible 2008, ya ha pasado tanto tiempo como para despistarnos o acostumbrarnos a esta crisis que es una estafa.
Y cuando leemos que allá o acullá sufren carencias en los servicios sanitarios o educativos, que en aquella ciudad cierran un teatro o un centro social, todavía nos queda tan lejos como para no preocuparnos. Pero ocurre. Por eso que ahora que nuestro Teatro Chapí ha lanzado una contenida advertencia sobre su situación, creo que hay que aguzar los oídos y prestar la atención que requiere. Resulta obvio ahora que ante el abandono de instancias superiores, más interesadas en rescatar bancos y empresas privadas que en las necesidades de la ciudadanía, son las administraciones locales las que deben hacer un esfuerzo para cuidar de nuestra educación, salud y cultura. No digo más (por el momento).
Ahora lo oportuno es hablar un poco sobre la programación que el teatro nos ofrece hasta el cierre de temporada y recordar que entre pitos y flautas también podemos considerar las entradas a algunos de los espectáculos ofertados como un regalo, original e ilusionante, que en lugar de guardarse en un cajón se guarda en la memoria. La idea de regalar tiempo y emociones cada vez llama más la atención, y es que, queridas personas, reconozcamos que ya hace tiempo que tenemos demasiadas cosas. Así que al igual que un viaje, una noche de hotel o una experiencia deportiva extrema, también debemos tener en cuenta que podemos regalar una noche en la ópera, en el teatro, o en el ballet, por ejemplo en nuestro Teatro Chapí. Y en este semestre que resulta eminentemente musical, diré que nos encontramos con una oferta variada para satisfacer un amplio abanico de intereses. Aun así no me prodigaré tanto como en el anterior en cuestión de recomendaciones.
Yo me inclino por asegurar mi entrada para ver a Estrella Morente el próximo febrero. Todavía cuando escribo Morente se me llenan los sentidos de Enrique, su padre. Pero a Estrella la hemos ido conociendo desde hace muchos años y sobradamente ha ganado su luz propia y su lugar en el mundo flamenco. Desde aquel Mi cante y un poema, pasando por trabajos como Mujeres, nos ha ido llenando la vida con su voz y su arte. De modo que este viaje por sus temas más destacados, acompañada por grandes músicos sin duda, resulta una apuesta segura para vivir una noche inolvidable.
Creo necesario dentro de toda la oferta, destacar dos espectáculos con presencia villenera. En primer lugar Rinconete y Cortadillo con Rulo Pardo y Santiago Molero. Una propuesta que desplaza a la Compañía Sexpeare de sus creaciones propias Sexpearemente, Qué pelo más guay, H, etc. para acercarse a los personajes de la novela de Miguel de Cervantes de mano de Salva Bolta. Una visión particular que no se anquilosa en las formas clásicas de representación y que ha sido aclamada en los mejores encuentros de comedia clásica nacionales tales como el Festival de Almagro. Propuesta imprescindible donde no podemos arriesgarnos a llegar a taquilla y encontrarnos el cartel de Sold Out. Por otro lado, ya en junio tendremos a Frankie Ramos Swintet, donde este saxofonista villenero ahora afincado en Barcelona, que ya pudimos ver en el pasado Vem, presentará en formación de quinteto temas de swing en el escenario del Teatro. Atención entonces al aforo limitado de este espacio tan especial y cercano; solo asegúrense de estar, queridas personas, porque la magia la traerán los músicos.
