Cartas al Director

Tengamos el domingo paz, o cada mochuelo a su olivo

Buenos días, tardes o noches: El motivo de este escrito es, ni más ni menos, que el de presentar mi malestar personal, aunque imagino que extensivo a otras personas, por vernos obligados domingo tras domingo a no poder disfrutar tranquilamente de nuestra cerveza, refresco o Martini en compañía de nuestras familias, amigos y demás.
Desde hace varias semanas, nos vemos sometidos continuamente a aguantar toda la santa mañana del domingo en el Paseo de Chapí la banda sonora de Dios a cargo de un nutrido grupo de gente de la iglesia.

Creo, y es una opinión personal, que estos cánticos y recetas para salvarnos de esta humanidad y de nosotros mismos se deberían hacer donde corresponde, en la iglesia, sin molestar a los demás. Conste que yo soy católico, como imagino que tantas otras personas que por allí deambulamos, pero no voy a ningún santuario a molestar a nadie.

Y todo esto lo digo con el mayor respeto del mundo. Por favor, háganse eco de este escrito.

(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba