Tengo perro y no soy un cerdo
Me dirijo a ustedes cansado (y asqueado) de una situación de falta de civismo por parte de los ciudadanos de Villena que tienen un perro pero no son responsables de ellos. Soy vecino del barrio de La Morenica y diariamente observo un triste y sucio panorama.
Es el que se puede observar en las fotografías que les envío. Yo también tengo un perro, que nadie se equivoque y piense que los odio, nada más lejos de la realidad. Lo que sí odio es ese comportamiento irresponsable por parte de sus dueños que ven a su mascota hacer sus necesidades y se marchan tan tranquilos, dejándolas en la vía pública para que los demás disfrutemos de sus vistas y su agradable aroma. Además a estas personas no se les puede decir nada; si a uno se le ocurre llamarles la atención por su falta de civismo, aún se ponen agresivos y comienzan a despotricar.
A mí no me cuesta nada agacharme y, con una bolsita o un pañuelo, recoger los excrementos de mi perro. Las fotografías las tomé en las inmediaciones de las calles Aquilino Juan Ocaña, José María Pemán y Azorín. Parece que algunos no se han dado cuenta de que esa zona ya no es un descampado, y por ello faltan el respeto al resto de vecinos. Es un lugar por el que muchos salimos a dar un paseo llegando hasta el bulevar Ambrosio Cotes, es zona de paso de muchos niños en la época escolar. ¿Es eso lo que queremos que aprendan?
La situación de esta zona es asquerosa, pues, por la forma en que se van acumulando allí los excrementos, parece ser que no es un lugar asignado para los servicios de limpieza del Ayuntamiento. Mi pregunta es: ¿Se pueden tomar medidas contra esto? ¿Podría nuestro ayuntamiento tomar medidas disciplinarias?
Hace un tiempo el Ayuntamiento instaló unos dispensores de bolsitas para recoger los excrementos, pero ya hace años que estos no se recargan, unido a que algunos ciudadanos comienzan a estirar hasta que se llevan el paquete completo. A estos decirles que en muchos establecimientos los venden por un precio muy módico.
Soy consciente de que esta carta abierta solo servirá para que, aquellos que piensan como yo, me den la razón. Pero tengo una leve esperanza de que algunos recapaciten, piensen un poquito en sus vecinos y sean más responsables con sus mascotas.