Abandonad toda esperanza

Territorio comanche

Abandonad toda esperanza, salmo 243º
Si uno no se quiere enterar de las desgracias que pasan en el mundo para ser un feliz ignorante ya no basta con mantenerse alejado de los periódicos y con apagar la tele y el ordenador; también hay que mantenerse alejado de los cómics. Porque a poco que te despistes, entre un Mortadelo y un Batman se te puede poner por delante alguna de las novelas gráficas de Joe Sacco, y entonces ya la has fastidiado. El día en el que una historieta gane el premio Pulitzer de periodismo -como todo el mundo sabe, el Maus de Spiegelman se llevó uno, pero en categoría de ficción-, no dudo en que vendrá firmada por este autor que cuenta en su haber con títulos tan aplaudidos como Palestina, Gorazde: Zona protegida o El mediador.

Su última creación es Notas al pie de Gaza, un monumental reportaje periodístico cuya mayor originalidad radica, obviamente, en que no cuenta con fotografías y textos de apoyo sino con viñetas y bocadillos de diálogos. En sus páginas Sacco construye un trabajo de investigación que se retrotrae a 1956, durante la guerra del Sinaí, cuando las tropas del ejército israelí ocuparon la Franja de Gaza entonces gobernada por Egipto. En noviembre de aquel año la ciudad de Khan Younis fue testigo de una cruel matanza de civiles; este hecho atroz se convierte en el epicentro de un relato que apabulla por la ingente cantidad de datos y por un soberbio trabajo gráfico que bebe del gran Robert Crumb pero sin intentar ser mimético en ningún momento.

No obstante, por muy bueno que sea, que lo es, Sacco no ha inventado nada. En todo caso ha sublimado, supeditando a la rigurosidad periodística y a la credibilidad de lo narrado toda posible concesión a los géneros populares, lo que ya hicieron antes con otros mimbres autores como Manfred Sommer. De nacionalidad, quién lo diría con ese nombre, española y fallecido en 2007, Sommer pasará a la historia del noveno arte como creador de Frank Cappa, un corresponsal de guerra que ríete tú del Arturo Pérez-Reverte delgaducho y sin barba que se paseaba por Croacia o Bosnia hace unos lustros sin que pudiéramos sospechar que años después se iba a poner tan quevedesco a la hora de inventar al capitán Alatriste.

Atormentado por lo que sus semejantes se hacían los unos a los otros en Nicaragua o Vietnam, Sommer se vio en la obligación moral de parir a este reportero pacífico y humanista, pero que no se amilanaba ante ninguna amenaza, en el que volcó toda su rabia contenida hasta entonces. Para ello lo embarcó en viajes de trabajo a las guerras de medio mundo, del continente negro a Afganistán, con su cámara bajo el brazo, hablando por su boca y denunciando así la barbarie y la sinrazón de los conflictos bélicos; todo ello con un estilo deudor tanto de su reconocido maestro Jesús Blasco como del gran Alex Raymond y el Hugo Pratt de Corto Maltés y, claro, Ernie Pike... este otro corresponsal al que no hay que perder de vista.

Con sus obras, Sacco y Sommer demuestran, cada uno a su estilo, que no todos los periodistas de tebeo son tan naifes como Tintín, y que no hace falta una cámara de fotos para retratar lo que está ocurriendo a nuestro alrededor: basta con papel y lápiz.

Notas al pie de Gaza y Frank Cappa están editados por Mondadori y Glénat respectivamente.

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