Terrorismo cultural
Abandonad toda esperanza, salmo 30º
Jorge Herralde, editor de Anagrama, decía hace poco en una entrevista que los libros sirven para cuestionar el poder político: que se lee "para interrogar, poner en tela de juicio, discrepar". Precisamente ese es uno de los aspectos que una película de reciente estreno, V de Vendetta, plasma en sus imágenes. La cinta cuestiona el poder político, como lo cuestionó en su día el cómic de Alan Moore y David Lloyd que adapta, y del que ya les hablé en esta columna.
Epatado me quedé cuando en el primer tercio de la cinta, el personaje que encarna Natalie Portman descubre el particular museo de obras maestras de las artes de V, el terrorista enmascarado. Antes de que fuesen destruidas por el poder fascista que gobierna Inglaterra, V había conseguido rescatar, junto a pinturas románticas y carteles de clásicos del cine, planchas de cómics que descansaban enmarcadas y colgadas en la pared. Lamentablemente tamaña osadía, una dignificación del noveno arte sin parangón, sólo puede verse en una obra de ficción. Y además, construida en clave futurista, y encima oculta en el hogar secreto de un loco.
Hablando de locos: en su última novela, Fernando Marías demuestra ser, otra vez, un autor a contracorriente. El mundo se acaba todos los días es una vuelta de tuerca al mito de Jekyll y Hyde visto desde el prisma de un autor de cómics alcohólico que ve cómo el mundo se derrumba a su alrededor. Desde que titulase a su primer thriller como un cómic del Capitán América, Marías ha demostrado no tener pudor alguno en beber de fuentes tan distintas como la literatura clásica o el cómic norteamericano, y reconoce que tan obra maestra es From Hell de Moore como una novela de Joseph Conrad.
Por ello podría decirse: "en el Día del Libro, regala tebeos". Así rezaba una campaña no institucional promovida por bloggers de páginas dedicadas al cómic donde se intercambian noticias en ese tránsito continuo de información que es Internet. La campaña, celebrada por sus creadores y aplaudida por numerosos visitantes, contaba con recomendaciones de cómics susceptibles de regalar durante la citada celebración.
Y ahora que ya pasó el 23 de abril, se regalaron rosas en Cataluña y el mexicano Sergio Pitol recibió el Premio Cervantes de las manos del Monarca, cabe preguntarse: ¿se lee más durante ese día? ¿Se lee más durante los días siguientes, como los niños juegan más los días que siguen al Día de Reyes? Y lo más importante: ¿trascendió la citada campaña más allá del circuito de lectores y críticos, especializados ambos en cómics?
Creo que no. Se lee igual de poco que antes, libros o cómics, y algunos de estos últimos, para adultos (del feminismo de Maitena a las viñetas políticas de Quino), siguen expuestos en las grandes superficies en la sección de "Infantil"... ante un público que, por lógica, no puede ni tiene interés en acercarse a ellos.
V de Vendetta se proyecta en cines de toda España; El mundo se acaba todos los días de Fernando Marías está editada por Algaida (2006).