Tetas y carretas
Abandonad toda esperanza, salmo 198º
Si hay un cineasta contemporáneo capaz de sorprendernos película tras película echando por tierra cualquier prejuicio del espectador, capaz de moverse con una soltura pasmosa tanto dentro del sistema de producción estipulado por las grandes compañías cinematográficas como en los márgenes del cine independiente más personal y absolutamente off Hollywood, ese es sin ningún género de duda Steven Soderbergh. Recuerden que su debut, la muy barata Sexo, mentiras y cintas de vídeo, supuso un impacto tal que parecía llamado a pesar como una losa sobre su futuro, pues conmocionó Cannes -donde se alzó con la codiciada Palma de Oro- y consolidó lo que había iniciado Jim Jarmusch con sus primeros trabajos y remató Quentin Tarantino con Reservoir Dogs: el germen del tan llevado y traído cine indie... que hoy en día ya no se sabe muy bien qué es, pero lo que se dice indie lo suele ser bien poco.
Pero Soderbergh se negó a encasillarse y para ello encadenó trabajos tan variopintos como Kafka, Un romance muy peligroso, Traffic, Solaris o sus dos cintas sobre el Che Guevara; películas independientes como Bubble (ya sé que no la han visto, pero inténtelo: es maravillosa) o comerciales como la saga de Danny Ocean, donde es capaz de unir en un mismo reparto a George Clooney, Brad Pitt, Matt Damon, Andy Garcia, Catherine Zeta-Jones y Julia Roberts.
Hablando de estrellas... Buena prueba de que el concepto del star system del celuloide sigue funcionando ahora como hace siete décadas cuando se estrenó Lo que el viento se llevó es lo sucedido con las dos películas del presente año dirigidas por Soderbergh: la última, ¡El soplón!, acaba de llegar a nuestros cines con puntualidad británica, y relata el supuesto caso real de un científico de una empresa de alimentación que colaboró con el FBI revelando algunas prácticas ilegales de sus superiores y no les cuento más para no chafarles el final. El protagonista de este espléndido film es el citado Matt Damon, que puede competir con Leonardo DiCaprio por ser de entre los actores jóvenes el empeñado en construirse la carrera más sólida posible: recuerden si no Syriana, Infiltrados, El buen pastor o la trilogía de Jason Bourne.
En cambio, The Girlfriend Experience, el otro film de Soderbergh en 2009, duerme el sueño de los justos y de las películas inéditas en nuestro país, y la cosa no parece tener visos de que vaya a cambiar en breve. La cinta, debut en el cine convencional de la actriz de películas para adultos (el porno, para entendernos) Sasha Grey, relata de forma fragmentada y con estética a medio camino entre la nouvelle vague y el falso documental, varias jornadas de trabajo de una prostituta de lujo que se desenvuelve igual de bien yendo de tiendas que saltando de cama en cama en pleno Manhattan. Esto es, una suerte de Vivre sa vie del nuevo milenio que no disgustaría al mismísimo Godard.
Así pues, de esta situación puede deducirse que por mucho que diga el refranero popular que tiran más dos tetas que dos carretas, hoy por hoy a las distribuidoras parece que les tira más Matt Damon con bigote y quince quilos de más que Sasha Grey en pelota picada. Como se decía antes: aún veremos más.
¡El soplón! se proyecta en cines de toda España.