Cartas al Director

The roquefort sauce analysis (Carta al director)

Estos últimos días he leído sobre la responsabilidad de los políticos, su falta de tacto ante la situación actual y sobre si las acciones llevadas a cabo hasta ahora son las más idóneas. Ya no se trata de ideas políticas o estima por uno u otro partido, creo que al final todo se basa en la intrínseca forma de pensar del español y el humano en general, “Yo lo haría de otro modo”. Ocurre en política, en el fútbol y hasta al hacer una gachamiga.
Como humanos no nacemos preparados para tener una visión crítica y de situación, se aprende con los años. Un niño se quejará de que otro niño esta haciendo algo, para inmediatamente hacerlo él; un adolescente recriminará ante sus amigos lo que otro está haciendo, para hacerlo él posteriormente; pero un adulto, con capacidad crítica, debería tener esa capacidad para avergonzarse cuando hace algo que antes recriminaba.

Para esto, el ser humano ha inventado la socorrida frase “Pero es que no es lo mismo”. La frase puede que no sea digna de una página de Citas Célebres, pero es, sin duda, la antítesis de la empatía.

Quien decide recurrir a esta frase esgrime todo tipo de detalles que le diferencien, que marquen una razón de por qué hacerlo ahora y haberlo criticado antes. Pueden ser más o menos convincentes, pero no dejan de expresar una clarísima falta de empatía. ¿No pudo la persona a la que criticabas tener las mismas o más razones para hacerlo?

Puede que toda persona que entre en política y obtiene un puesto, pierda esa sensibilidad hacia la población o puede que una vez en ese puesto entienda que la responsabilidad requiera de ese sueldo o beneficios.

Buscando una metáfora aplicable, no es lo mismo comerse unos macarrones al Roquefort en un restaurante que hacerlo en casa, en el restaurante no rebañamos el plato pero en casa nos lo podemos permitir, o lo que es lo mismo, cualquier persona que entra en el ayuntamiento, lo considera su casa y por lo tanto puede rebañar la salsa. Pero en este caso, cuando en España, y en nuestra ciudad, hay quien se está comiendo los macarrones con aceite y unas hojitas de laurel, no es ético rebañar un plato de salsa al Roquefort.

Hace años que nadie cobra una paga extra. Estas pagas están prorrateadas y aún así los sueldos siguen estando por debajo de los sueldos europeos, en una sociedad con precios al consumo iguales o superiores a los de Europa. En España cuando alguien es contratado percibe un sueldo, regulado y estipulado por acuerdos entre patronal y sindicatos, acorde a su responsabilidad y a su nivel de estudios.

Si en España esto es así para los ciudadanos de a pie, ¿por qué no para los políticos nacionales y locales, cargos de confianza, secretarios, etc.? ¿No nos ahorraríamos el que se rasgaran las vestiduras para luego acabar en la misma tesitura? ¿Por qué no plantear en el próximo pleno que se fijen unos sueldos con un baremo igual al que cualquier ciudadano tiene?

Concejal de Hacienda: Nivel de estudios - Licenciado // Sueldo (Con pagas prorrateadas) - 1710 € brutos/mes.

Persona de confianza contratada: Sin conocimientos técnicos en el puesto // Nivel de estudios – Graduado Escolar // Sueldo (Con pagas prorrateadas) – 1.200 € brutos/mes.

¿Podríamos ver esta proposición?, es más, ¿estarían dispuestos a promoverla tanto los que se rasgan las vestiduras ahora como quienes se las rasgaron entonces?

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