Todos somos Paul Avery
Abandonad toda esperanza, salmo 85º
En el momento de su estreno les recomendé fervorosamente Munich, esa grandísima cinta de Steven Spielberg que se convirtió sin esfuerzo en la mejor película de la pasada temporada. Y por aquel entonces hablé de ella como de un documental imposible, como si hubiera sido factible que un equipo de grabación viajase al pasado para registrar en directo los hechos reales que el film relata; tal era la impresión de veracidad que desprendían sus fotogramas.
Algo idéntico sucede con Zodiac, soberbia recreación del caso del Asesino del Zodíaco, que mantuvo en jaque a las fuerzas policiales de San Francisco y alrededores durante varios lustros; un asesino que nunca fue detenido, cuyo número de víctimas es incierto, y cuya verdadera identidad sigue desconociéndose hoy día.
Basado en textos de Robert Graysmith, dibujante del San Francisco Chronicle que se obsesionó con descubrir quién se escondía tras los criptogramas enviados a la redacción de varios periódicos, Zodiac cuenta la historia de una obsesión colectiva, la de unos policías que hicieron de su trabajo una pasión y unos periodistas que convirtieron su interés en un trabajo, todo ello en el marco de una nación donde, infructuosamente, la población se puso chapas que rezaban "Yo no soy Paul Avery" (en relación al periodista amenazado de muerte que aquí encarna un soberbio Robert Downey Jr.) porque, precisamente, su miedo los convirtió a todos en Paul Avery.
Con este largometraje, David Fincher se confirma como un nombre clave del Hollywood contemporáneo, y como el mejor cineasta, junto con M. Night Shyamalan, dentro de los márgenes del cine comercial. Y esto es así porque domina como nadie el arte de la cámara: si en anteriores trabajos hacía gala de un justificado efectismo, aquí ha aprendido de la generación televisiva que formaron nombres como Sidney Lumet, John Frankenheimer o Alan J. Pakula, y eludiendo todas las concesiones a la galería dosifica con maestría recursos como la cámara lenta o los planos cenitales, de los que los blockbusters hacen uso y abuso devaluando su relevancia y frustrando sus propósitos. Y puesto que no dudo que Zodiac será de lo mejor que veremos este año, como ocurrió el pasado con Munich, pienso: ¿será que nos estamos cansando de tantos fuegos de artificio?
El autor de joyas como Seven o El club de la lucha ha querido hacer con Zodiac el Gran Thriller Americano, como los escritores más reputados (de Philip Roth al fallecido Saul Bellow, pasando por Cormac McCarthy) pretenden escribir esa Gran Novela Americana que les confirme el Nobel e inscriba sus nombres con letras doradas en la historia de la literatura mundial. Pero lo más sorprendente, habida cuenta de que lo usual es que tan altas expectativas se vean frustradas en su totalidad o en buena parte, es que en esta ocasión Fincher lo ha conseguido: Si Heat de Michael Mann es el Gran Thriller Épico de finales del siglo XX, este Zodiac, tan austero como fascinante, es el Gran Thriller Antiépico de principios del XXI.
Zodiac se proyecta en cines de toda España.