Desde el momento en que se presentó una oferta con una propuesta de cartel que sólo era una cortina de humo, hasta el instante en que el Alcalde ha comenzado sus vacaciones, los hilvanes para la organización de la corrida de toros de este año ha sido el top ten de la antología del disparate.
Cuando el viernes se dio a conocer el nombre de la empresa que iba a ser propuesta para la adjudicación por haber obtenido la mejor puntuación a criterio de los técnicos -Euro Tauro Luján, S.L.-, el empresario desestimado comunicó la noticia a aquellos con los que tenía un preacuerdo por si hubiese llegado el caso de haber sido el adjudicatario.
En ese momento, la Asociación Tauralia matadores y profesionales envió al buzón electrónico del Ayuntamiento un comunicado en el que informaba que posiblemente la empresa Euro Tauro Luján, S.L. no fuese la más indicada debido a algunas irregularidades observadas en otras plazas, con el riesgo de que llegado el día de la corrida se produjese un veto por parte de los profesionales pertenecientes a dicho colectivo, además que de que la plaza de Villena pudiera quedar marcada para próximos festejos.
Juan Richart no lo ha visto claro y se ha abstenido, en Villena no habrá toros y el alcalde ya disfruta de sus merecidas vacaciones mientras las empresas concursantes estudian las posibilidades que les ofrece nuestro ordenamiento jurídico para emprender acciones legales contra el ayuntamiento.
Mal ha acabado lo que mal empezó.
