Tráiler estival
Abandonad toda esperanza, salmo 568º
La primera ola de calor previa a la entrada oficial del verano, y que ya estamos padeciendo a modo de tráiler de lo que está por venir, no es el único aviso de que se nos viene encima la época estival: basta con fijarse en la cartelera para ver las salas copadas por los primeros blockbusters veraniegos, como es el caso de la última entrega (por el momento, claro) de Piratas del Caribe -que no pienso ver: me bajé de la saga después de sufrir la primera, y eso que dicen que es la mejor- y la nueva versión de La Momia... o lo que es lo mismo: la peli del verano con Tom Cruise dentro. Con esta última cinta he estado a punto de picar, y si no lo he hecho ya ha sido por las críticas negativas que ha recibido de manera bastante unánime. Y es que, para que vamos a negarlo, a los fanáticos del cine fantástico y de terror nos la pueden colar fácilmente a poco que recurran a la nostalgia rescatando personajes del acervo popular. Si además, como es el caso, los estudios Universal proponen un universo compartido al estilo de Marvel y DC poblado con los monstruos clásicos que ellos mismos popularizaron en los años treinta y cuarenta con la complicidad de directores como Tod Browning y James Whale y actores como Bela Lugosi o Boris Karloff, la tentación de sucumbir a los supuestos encantos de la propuesta es muy grande. Por tanto, no desestimen que mi voluntad no sea lo bastante fuerte como para resistirme a este a buen seguro bodriete intrascendente y acabe contándoselo en un par de semanas.
Aparte de estos filmes con voluntad de reventar taquillas, también se nota que la cartelera adquiere visos de oferta estival cuando se estrenan películas a las que, al margen de su mucho o poco interés, ya no se las esperaba tras un retraso tan considerable. Este es el caso de dos títulos que llegan hoy a los cines después de concursar en el Festival de Cine de Sitges con cierta repercusión allá por el mes de octubre y que mucho me temo pasarán desapercibidos entre otras cintas más aparentes por no contar con el apoyo de una potente campaña promocional o la presencia de una estrella del calibre de Johnny Depp, el citado Cruise o Dwayne Johnson, que también llega hoy a los cines con la versión cinematográfica de Los vigilantes de la playa (¿de verdad era necesario?). Y son dos películas que, sin ser la octava maravilla del cine fantástico ni tampoco pretenderlo, no merecen ni mucho menos ser ninguneadas sin compasión.
Este es sin duda el caso de I Am Not a Serial Killer, una producción irlandesa de corte independiente que cuenta con todas mis simpatías, de igual modo que contó con las del jurado del "Panorama Fantàstic" de Sitges -donde fue escogida como la mejor cinta de dicha sección- y el del Festival de Cine de Terror de Molins de Rei, en el que arrasó al llevarse los galardones destinados a mejor película, mejor director y mejor actor del certamen. El segundo premio recayó en Billy O'Brien, al que muchos descubrimos con aquel debut titulado Isolation y que a mi parecer era muy inferior a esta pese al buen recibimiento que tuvo en su día en los festivales especializados y entre los aficionados al género. En cuanto a la tercera mención, ha ido a parar a las manos del joven Max Records, que aquí interpreta con indudable convicción a un joven adolescente con impulsos homicidas que visita regularmente a un psiquiatra con el fin de no terminar convirtiéndose en uno de esos asesinos en serie reales que tanto le fascinan. La película, que adapta una novela de Dan Wells que supongo inédita por aquí, cuenta también con una realización competente y la siempre agradecible presencia del veterano Christopher Lloyd (alias Doc Brown para los fanáticos de Regreso al futuro como servidor) en un memorable papel a la altura de su talento, además de con algún giro de guion de los que hacen época. Si les gusta el género y son capaces de aceptar cambios de registro y tono siempre que estén justificados por el desarrollo argumental, vayan a verla sin reservas.
También apuesta por sorprender al espectador el libreto de Animal de compañía, que fue galardonado como el mejor guion en Sitges. Aunque considero que el interés del film es bastente inferior al que les comentaba en el párrafo anterior, la historia escrita por el premiado Jeremy Slater funciona lo bastante bien como para mantener la atención del espectador durante todo el metraje, y no solo por la vuelta de tuerca que propone al género del torture porn y las historias concebidas alrededor de un cautiverio que tanto han proliferado desde el éxito de Saw y sus secuelas (las oficiales y las imitaciones). También ayudan el buen hacer del director catalán Carles Torrents en su segundo largometraje para la industria estadounidense y el trabajo interpretativo tanto de Dominic Monaghan (al que muchos recordarán por su participación en la trilogía El Señor de los Anillos y la serie Perdidos) como sobre todo de la letona Ksenia Solo, verdadera revelación de la cinta... y no solo como actriz, aunque tendrán que ver la película para entenderlo. Así que ya saben...
Post Scriptum.- Por supuesto, lo de que estas películas "se proyectan en cines de toda España" tal y como indica la nota que sigue no se aplica a todas las ciudades de nuestra geografía. No las busquen en Villena. De hecho, no las busquen ni siquiera en Alicante, donde los Piratas del Caribe y otros filibusteros han asaltado los cines y han decidido quedarse con todo el botín. Algo que lamentablemente ya suele ser costumbre, sobre todo en verano.
I Am Not a Serial Killer y Animal de compañía se proyectan en cines de toda España.