Cartas al Director

Tránsfugas

Villena está asistiendo a un espectáculo político-mediático de ribetes extraños y sucios, fruto del divorcio mal avenido entre los miembros del equipo de gobierno del Partido Popular. Con el fin de contribuir al debate sobre la naturaleza y sentido del “nuevo” equipo gobernante, se vienen produciendo opiniones y comentarios sobre la actitud de los “divorciados”, entendidos éstos como las personas que han dejado el gobierno y el partido al que pertenecían y han quedado ubicados en ese cajón de sastre llamado No Adscritos. Es evidente que al cesar de concejales con delegaciones, éstas han ido a engrosar las del resto de concejales que siguen ostentando la titularidad de la acción de gobierno local. En esta tesitura, los llamados No Adscritos se perfilan como los traidores y quienes han engañado al electorado, tachándoseles con el adjetivo despectivo de “tránsfugas”. Así están las cosas. Veamos si aclaramos un poco toda esta trama negra y somos capaces de separar el grano de la paja.
El tránsfuga es aquel cargo electo que habiéndose presentado bajo las siglas de un partido, cambia radicalmente y con su voto adultera gravemente la voluntad popular, concediendo el poder a la oposición. Casos famosos y elocuentes los tuvimos cuando el Sr. Zaplana se alzó con la alcaldía de Benidorm merced al trastoque de Maruja Sánchez, concejala del PSOE; en 1999 en Ceuta un diputado del PSOE que se transforma en GIL; en 2003 el famoso “Tamayazo y Sáez” , dos diputados del PSOE por la Asamblea de Madrid que boicotean a su candidato catapultando al poder a la “mal hablada” Esperanza Aguirre; muy recientemente en Benidorm, ¡qué cruz!, es un miembro del PP el que aúpa a la oposición al gobierno y en Denia, el tránsfuga del PSOE da el poder al PP. El “transfuguismo” es un calvario para los electores, que ven con consternación como su preferencia en las urnas se les hurta en los despachos.

¿Podemos decir que los concejales de Villena que han dejado el gobierno local son tránsfugas? En mi opinión: ¡No! Los tránsfugas, habitualmente, han cambiado de posición por asuntos relacionados con oscuros chanchullos urbanísticos, prebendas en especie, recalificación de terrenos, etc. El tránsfuga tiene una motivación para cambiar de signo que le puede reportar algún beneficio material, incluido el propio poder. Claramente, el tránsfuga cambia a mejor. Además suele ser solitario, es más fácil sobornar a una persona que a seis. En Villena se ha dado el caso de que cinco concejales (está claro que podían haber sido seis) llevan el paso cambiado, o ¿acaso son los otros? Llegados a este punto me reprocharán que los genuinos, los fetén, los que atesoran las esencias del partido son la Sra. Alcaldesa, dos superpoderosos concejales, una concejala también superpoderosa y dos concejales rescatados…, total seis. Hagamos una sencilla operación: 12 – 5 + 1= 6. Es decir una mitad lleva el paso cambiado y la otra también. No se conoce que los llamados “díscolos” se hayan marchado por motivos económicos, electoralistas, ni fruto de soborno alguno, ni han propiciado un vuelco en el gobierno local –el PP en minoría sigue gobernando–, ni nada parecido. Es decir que no se les puede aplicar el término “tránsfuga” porque, en esencia, no lo son. La pregunta es, ¿quién ha roto la concordia, la amistad, la confianza, la disposición para actuar con diligencia… dentro del equipo de gobierno del PP? Me temo que la respuesta a esa pregunta nos da la clave para saber quién o quienes son los verdaderos tránsfugas, porque, también, se puede traicionar al electorado desde la propia acción de gobierno, no lo perdamos de vista.

En España las listas electorales son cerradas, votamos a partidos, no a personas, y el acta de concejal o diputado es a título personal, algo que parece contradictorio. Pues bien, si esta contradicción se hace visible en el fenómeno del “transfuguismo”, me parece un ejercicio de hipocresía que sean los propios partidos –PP y PSOE– quienes se quejen de una norma que ellos, con mayorías absolutas, no han cambiado, ya que tiempo han tenido. En el asunto que nos ocupa, en Villena, son cinco concejales los que han abandonado el partido por el cual habían sido elegidos, pasando al grupo de No Adscritos, perdiendo sueldos y demás ventajas. En el último Pleno municipal, el Sr. Valiente, portavoz de lo que queda del equipo de gobierno, llegó a decir: “Si los once concejales hubiéramos dejado sola a la sra. Alcaldesa, los once seríamos unos tránsfugas”. Genio y figura. O sea, que hay un soldado que lleva el paso cambiado, pero no, nada de eso, quienes llevan el paso cambiado son ¡los once restantes! ¡Él es el único que desfila bien! Ya me dirán. Si, además, el del paso cambiado es propuesto por el capitán para guiar al resto… ¡acabáramos!

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