Tres licenciados mosqueados (Carta al Director)
Hay gente a la que no le gusta que las cosas permanezcan siempre igual, como las tradiciones milenarias. Así debe ser para algunos responsables del Ayuntamiento. Con esto nos referimos a la situación de la Biblioteca Municipal Miguel Hernández: funcionaba mal hace 10 años y ahora sigue igual.
Durante años hemos asistido a una tendencia reduccionista; se redujo el espacio de la sala de referencia (de 66 puestos a 42), ocupando este espacio robado para almacenar cajas, libros y papeles que a veces se dejan entrever. Aunque lo más sangrante de todo es la indignante reducción de horario; se ha pasado de abrir de 9 a 14 y de 16 a 21 a tener un horario de 10 a 13:30 y de 17 a 21. Además los sábados por la mañana la sala de referencia permanece cerrada y en verano toda la biblioteca. No sabemos si esto es una medida de ahorro por la crisis económica y ese recorte de horario de 2 horas y 30 minutos se lo ahorra el M.I. Ayuntamiento en sueldos.
Conocemos de antemano que la biblioteca general de la Universidad de Alicante, con 2.500 puestos de lectura y 400.000 volúmenes repartidos en tres plantas, funciona perfectamente con 3 o 4 empleados por planta, que son los encargados de realizar todo el trabajo.
Por el contrario, en una biblioteca como la nuestra no entendemos por qué hace falta tanto personal y aún así no les parece suficiente. ¿Será porque se hace todo con lentitud y falta de eficacia? Ejemplos de esto último serían las largas colas para devolver libros (con dejarlos en un lugar del mostrador sería suficiente) o la organización caótica de los volúmenes (libros amontonados sin orden ni concierto, la Enciclopedia Británica fuera de la sección de referencia junto a libros en inglés).
Además, para la gente que vamos a estudiar, nos resulta extremadamente molesto que se organicen actividades como las del Cuenta-cuentos dentro de la biblioteca. Que conste que no nos oponemos a este tipo de actividades para los más pequeños, pero nos cuesta creer que no puedan hacerse en lugar habilitado para tal fin y que tengan que realizarse precisamente en época de exámenes.
Algunos podrían pensar que deberíamos ir a la Sala de Estudios, puesto que por algo se hizo. La verdad es que esa es otra cuestión que daría para otro artículo. Sólo enunciaremos las razones por las que la sala no nos gusta:
-No hay luz natural, cosa que no favorece en nada al estudio.
-Hay una mala climatización; hace frío en invierno y calor en verano.
-No hay personal que se encargue del buen funcionamiento de la sala (sabemos que COBSE tiene personas a cargo, pero sólo para abrir y cerrar la sala).
-No hay cafetería ni cantina para poder tomarte algo; sólo se cuenta con una máquina de café que pasa más tiempo fuera de servicio que en funcionamiento.
-Hay un ruido atroz a causa del deficiente estado de aislamiento acústico que hace que se oiga todo lo que pasa en las aulas colindantes, en el pasillo o cuando los coches entran o salen de la cochera contigua.
-Se cuelan indigentes que usan el baño ruidosamente entre borrachera y borrachera o para asearse.
Nuestro ánimo no es criticar al personal de la Biblioteca. Simplemente creemos que su organización no es eficiente y que ningún equipo de gobierno de esta ciudad ha hecho nada para solucionarlo. Con un poco de voluntad podríamos tener una biblioteca municipal mejor. No es tanto lo que pedimos.
Mateo Fita Estevan
Roxana Pérez Amorós
Bartolomé Reig Hernández