Tú dirás que no es culpa tuya que los bonobos se coman a sus crías cuando mueren
Yo sé que estás asustado. No me engañas con tu silencio de ascensor vacío. He memorizado completamente el libro Ambiciones y reflexiones de Belén Esteban y tú tuerces la boca reprimiendo una mueca cínica. Escucha, mi mente ha dejado de ser una sucursal de tus prejuicios intelectuales.
Perdona que te lo diga de forma tan aparentemente poco diplomática, pero tú no tienes el control, estás obsoleto. La Tierra gira alrededor del sol a 30 kilómetros por segundo, pero saberlo es solamente una de las interminables y tristes formas de la impotencia. Tus doctorados y tus divulgaciones científicas en publicaciones especializadas de cien ejemplares son una fracción infinitesimal de un número imaginario cuya parte real es igual a la suma de todas las cosas que ignoras. Ahora llueve sobre un perro muerto en Thanjavur. Ahora un niño se está bebiendo la lejía de debajo del fregadero en Pisco. Créeme, Belén sabe de lo que hablo. Porque Belén ha estado en el infierno y ha vuelto para vender la exclusiva a 13Tv. Porque sabe que el dolor no tiene precio, pero el remedio sí. La velocidad de rotación de la Tierra en el ecuador es de 1.700 kilómetros por hora; sin embargo, en los polos es cero. ¿Cómo puedes dormir tranquilo por la noche sabiendo esto? Tú dirás que no se puede ir y venir a la vez, pero tu padre murió solo en una noche de diciembre porque tú estabas intentando calcular las dimensiones del universo. Tú dirás que no es culpa tuya que los bonobos se coman a sus crías cuando mueren. Tú dirás que al tres se le puede restar el cuatro y no se te cae la cara de vergüenza. Pero yo sé que en el fondo tienes miedo. Temes que la sangre en tus venas decida tomar un camino imprevisto, busque una salida a lo desconocido. Ahora una niña está abortando clandestinamente en Chinandega mediante el procedimiento de cortar a trozos el feto para extraerlo del útero. Ahora un anciano está trepando trabajosamente los ciento veinte centímetros de altura del balcón de su piso en la novena planta de un viejo edificio en un barrio deprimido de Wroclaw para dejarse caer al vacío. Puedes estar seguro de que Belén entiende de lo que hablo, porque ha tocado con sus manos la rugosa piel del demonio y ha vuelto para revelárnoslo en prime time a millones de telespectadores. La energía generada en el núcleo del Sol tarda un millón de años en alcanzar la superficie solar. ¿Acaso dudas de que lo sabemos porque Belén estuvo allí y escapó para traernos la prueba en un termo? Ella ha medido la distancia entre galaxias usando sus simples manos, palmo a palmo. Deberías asumir que mi decisión de memorizar completamente el libro de Belén Esteban para recitármelo como un mantra durante las tristes noches de este otoño sudoroso no ha tenido en consideración, ni remotamente, tu lugar en la historia. Porque tú estás excluido. Estás fuera de la ecuación principal. Eres un animalillo infectado de pánico, a mí no puedes engañarme. Pones pose de moral superioridad, pero yo sé que la muerte de las estrellas te produce ardor de estómago. Que la probable implosión del universo en un futuro inmedible te deprime hasta la descalcificación de tu columna vertebral. Es una lástima. [Pausa.] Repite conmigo: Jamás pensé que sería tan famosa. ¡Pero si quería ser misionera! Y mira cómo estoy ahora, repartiendo hostias todos los días. [Pausa.] ¿No sientes todo tu ser ardiendo a 15 millones de kelvins? Ahora deberías comerte tu alma muerta como si fueras un bonobo arisco y amargado.