Tú también tienes tu turno
A tiempo estamos todavía de asistir a alguna de las sesiones programadas por el Cineclub Villena en su vigésima mucha Semana de Cine. No se duerman. Pese a las altas temperaturas o las incómodas butacas. Asistan. Es una convocatoria que puede presumir de alcanzar un amplio espectro de gustos y preferencias. Aunque siempre encontremos a quienes les chirrían los dientes al ojear la programación y echar de menos ciertos títulos relevantes, o les entran palpitaciones al encontrar presentes películas como la del sexo en NY. Participen ahora que todavía están a tiempo.
Porque donde no van a llegar pese al empeño de la Ciencia, al menos de momento, es al ciclo de cortometrajes de cine experimental perpetrado a voz de pronto y llevado a cabo por Luis Macías en el Colosseo. A esas proyecciones no llegan a tiempo. Sólo, si les interesaba la propuesta, les queda esperar otro arrebato similar para el año que viene, o para este otoño, o este invierno
Donde tampoco llegan es al concierto Vil-Art. Y es que las gentes de Villena continúan insistiendo en participar activamente en la vida cultural de la ciudad. Pese a quien pese, alegría para quienes se alegran, una nueva horda de artistas ha conseguido levantar un nuevo proyecto. No es moco de pavo. Más bien trabajo de hormigas y recompensas a cobrar con la satisfacción del propio esfuerzo y de las caras agradecidas de quienes participaron. Y nombro esas caras porque son las que el grupo organizador tiene más cerca. Me gustaría que también pudieran ver tantas otras miradas agradecidas que surgen al conocer la puesta en marcha de estas actividades, aunque su participación quede después comprometida.
Aún así en torno a tales eventos se suscita debate. Se cuestiona por ejemplo si es oportuna la colaboración del Ayuntamiento en actividades privadas, sea mediante infraestructuras, aportación económica, cesión de equipos y personal... Al respecto yo aporto mis tres o cuatro pensamientos: si las arcas o los medios comunes se utilizan para apoyar actividades festeras, barrios, asociaciones sociales, culturales y taurinas, etc., ¿dónde se encuentra la diferencia entre éstas y las actividades culturales como las expuestas?
Si no pellizcamos las arcas municipales para alquilar las latas de la Semana de Cine, no tendríamos tal evento en Villena. Ese grupo que dedica su tiempo libre a trabajar desinteresadamente para disfrutar, conocer y difundir el arte cinematográfico, continuaría desarrollando su afición, pero la gran mayoría quedaría privada de una maravillosa oferta cultural. Los grupos se manifiestan, necesitan incidir en lo que desde la pequeña reducción que representa un grupo en la gran masa. Y tal herida en la ciudad viva, casi siempre despierta, descubre, educa y revitaliza la sangre común. Si quieres algo, no lo dudes, exige tu turno.