Cultura

Últimos días para disfrutar de las obras de los alumnos de pintura del Taller de Rafael Hernández

Este domingo, 19 de julio, cerrará sus puertas la exposición que durante casi un mes, y en la Casa de la Cultura, ha acogido los últimos trabajos de los alumnos del taller de pintura de Rafael Hernández, una oportunidad inmejorable de disfrutar del trabajo de Alfonso Ayelo, Ángela Cabanes, Bernard Hurtado, Carmen Navarro, Conchi Ballester, Emi Celi Pérez, Federico de la Osa, Inés Piqueras, Jami Blanes, José Cristóbal Martínez, José Luis Selles, Julia Ugarriza, Manolo Navarro, Marga Sevilla, Natalia Vilar, Paquita Sampere, Salva Quiles, Virtu López y Yeyes Bonastre.
Transitar la pintura
Los alumnos/as esperan con entusiasmo esta muestra. La última vez que expusieron en la Kakv fue en mayo de 2012 y saben que este es el mejor escenario para presentar sus obras al público de Villena. Afrontan el reto con la ilusión de poder trasmitir al espectador la emoción y el arrebato de pintar intensamente, junto a la tranquilidad de haber realizado una obra técnicamente correcta, con la humildad de ser conscientes del trabajo que les resta por hacer hasta conseguir sus metas y vislumbrando que lo mejor todavía está por llegar.

Pintar entraña dificultades técnicas que una vez superadas ayudan a entender la naturaleza del color y las formas que nos rodean y a superar los límites de la representación, o presentación de la pintura en el plano. Pero ya sabéis que la técnica de aplicación pictórica es sólo un medio, una ayuda para alcanzar la obra. En palabras de Paul Klee: “el arte consiste en hacer visible lo invisible”. Otras opciones de búsqueda se encuentran en los procesos creativos necesarios para adentrarnos en una verdad más tangible que la apariencia de lo real, o en concepciones que escapan a los límites físicos que impone la práctica de la pintura, o aquellas alternativas que precisamente se refugian en los valores pictóricos para sobrepasarlos desde la expresión matérica o la planitud, pero nunca desde la experimentación a modo de efectos técnicos fabricados en la “cocina pictórica” con el único objetivo de provocar la sorpresa fácil en la retina del espectador.

Ahora, después de más de veinticinco años impartiendo clases, comienzo a entender los motivos que empujan detrás de las preguntas de los alumnos, apuntaladas con algún tipo de certeza ineludible para seguir pintando y al mismo tiempo albergar el desasosiego que despierta acercarse a los límites del propio lenguaje. Sin embargo, vuestra intuitiva convicción permanece y se desarrolla oculta en vuestro interior, sin que lo sepáis, esperando agazapada el día oportuno para saltar sobre el lienzo y asombraros con una imagen que os proyectará sobre la obra –tal y como sois– hacia un futuro sin red por debajo. Este es el vértigo que desencadena el cuadro cuando es verdadero.
Estáis en el camino, buen viaje.

Rafael Hernández

(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba