Fiestas

Un 12 de mayo con final inesperado

Hacer balance de todo lo sucedido ayer es bastante complicado debido a la gran cantidad de sucesos que acontecieron en pocas horas. Después de conocer el texto que aparecía en el pergamino con el que el ayuntamiento de Villena solicita al de Biar la cesión de la Mahoma, y que puso en pie de guerra a los vecinos de la entrañable localidad vecina, llegó el momento de la verdad.
Una vez acabada la guerrilla, en la escalinata de acceso al ayuntamiento, el alcalde de Villena, Javier Esquembre, presentaba, con el máximo interés suscitado, la petición de cesión; ante la presencia de concejales y autoridades festeras de ambas localidades, así como las Regidoras 2016 de nuestra ciudad, se abrió la caja que contenía el esperado pergamino. Después de unas palabras de Esquembre en un valenciano cada año más aceptable, el alcalde pasó a hacer la petición. El alcalde de Biar, Julio Sanjuán, ante la petición de gran parte de la población allí presente, leyó el documento, en el que finalmente sí aparecía la palabra “Mahoma”, siendo recibida con aplausos por parte de los presentes.

Todo esto se corroboró enseñando el pergamino desde la puerta del ayuntamiento, momento en que pudimos fotografiar el documento, comprobando entonces la “chapuza” de corrección que se realizó después del enfado generalizado en Biar al conocer que no se llamaba a la Mahoma por su nombre. La imagen no deja lugar a dudas, con un claro añadido posterior que confirma que las noticias sobre el texto inicial eran correctas, y un posterior remiendo –se podían haber esmerado un poco más, la verdad– que evitó males mayores.

Pero no todo acabó aquí. Una vez bajada la Mahoma del castillo, comenzó el acompañamiento de las comparsas de Biar, a su Mahoma, para que fuese recogida por la Junta Central de Villena, de manos del grupo de los amigos de la Mahoma. La comitiva llegó al lugar donde debía estar el camión para bajar la Mahoma a Villena… y sorpresa. ¡El camión no estaba! Y tardó lo suyo en llegar, mientras en la calle Nueva la gente se impacientaba ante la incomprensible tardanza.

Esta mañana, horas después de la surrealista escena, hemos comprobado, in situ, la perplejidad de los habitantes de Biar ante esta situación, pues después de entregar la Mahoma comenzaba la Procesión, que tuvo que ser aplazada media hora a causa de este inconveniente. Al encargado de llamar al camión para que realizase el traslado, el presidente de los Moros Viejos, se le olvidó llamar a la empresa con la que se contactó, para que realizase este cometido, y gracias a la rápida reacción del gerente de la empresa, Transportes Gil, solamente se retrasó media hora ante el estupor de biarenses y villeneros.

Un triste colofón a una jornada que, gracias a Dios, ha servido para compactar, más si cabe, los lazos de unión que unen a las dos poblaciones al margen de algunas incomprensibles actuaciones políticas.

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