Un 2013 de película
Abandonad toda esperanza, salmo 394º
Pero de película de terror, argumentarán ustedes y con razón. Lo que pasa es que me puede la pereza y vuelvo a recurrir al título usado otras veces para ofrecerles la lista de mis diez películas favoritas del año. Allá voy: el podio lo ocupan La noche más oscura, The Master y Laurence Anyways. De las dos primeras no tengo claro cuál prefiero, de tan distintos que son los trabajos de Kathryn Bigelow y P. T. Anderson, aunque ambos analizan el sinsentido de la violencia política a partir de sus consecuencias. Por su parte, Xavier Dolan reflexiona sobre la naturaleza humana haciendo hincapié en un tema tan decisivo como la tolerancia. Tres obras maestras destinadas a perdurar.
La violencia y el reflejo de nuestros actos y sus consecuencias están presentes también en dos títulos como Prisioneros y El Hombre de Acero, por más que esta última sea fantástica al tratarse de la nueva encarnación de Superman. Por su parte, Jack Reacher es uno de los dos grandes filmes de Tom Cruise de este año (el otro fue el film de ciencia ficción Oblivion), aunque prefiero este por lo que tiene de thriller con aroma al cine de los 70, con ese arranque sin diálogos y esos secundarios impagables (ojo al veterano Robert Duvall). Por su parte, La cabaña en el bosque y Django desencadenado son dos obras multirreferenciales y un auténtico festín para los aficionados al terror y al western respectivamente, nada de extrañar en el caso de Quentin Tarantino pero sí algo inesperado en el film que produce Joss Whedon y que se convierte en su tercio final en una sorpresa que no se merecía el peligroso retraso que ha sufrido su estreno español. Y hablando de sorpresas, las dos mayores de esta temporada han sido Bienvenidos al fin del mundo, cuando un servidor no confiaba demasiado en la conclusión de la trilogía paródica de Edgar Wright, y Searching for Sugar Man, que consigue algo casi inaudito en el género documental: un giro sorprendente a mitad de la función que ríete tú de la escena de la ducha de Psicosis.
Este es mi Top 10 ahora mismo, pero si me preguntan mañana habrá cambiado: algunas podrían quedar fuera y entrarían otras estupendas como Lincoln, Spring Breakers, The Bling Ring, Posesión infernal o El consejero. Dicho esto, debo señalar que dos cintas a priori tan interesantes a la vez que sospechosas como 12 años de esclavitud y La vida secreta de Walter Mitty no concursan porque no las he visto en el momento de escribir estas líneas. La que sí he visto y no tengo ni idea de si debería haberla incluido o no es El juego de Ender, que intuyo bastante conseguida pero que no puedo enjuiciar en su justa medida, dado que una horda de adolescentes se dedicó durante toda la proyección a hablar a voces e iluminar la sala con unos móviles que hacen gala de cualidades que no comparten con sus dueños, puesto que hablamos de teléfonos inteligentes. Ante semejante atropello de los derechos del consumidor no me queda otra que plantearme cada vez más la habitual visita a la sala oscura, ya que por lo visto allí nadie se plantea la apremiante necesidad de que haya un encargado vigilando cada una de las sesiones. De hecho, el último acomodador que yo recuerde que se preocupase por que el público viese la película en condiciones dignas era el de nuestro Cervantes... que cerró en el 2002. En fin: luego dirán que es la piratería la que acaba con los cines.
A todo esto: como ya sabrán, este es el último periódico impreso con periodicidad semanal, pero no se librarán tan fácilmente de mí, y espero que les apetezca seguir leyendo esta columna cada semana en la web. Allí les emplazo para dentro de un par de semanas, y por ahora les dejo deseándoles el Año Nuevo que se merecen, que no dudo será el mejor de los posibles.