Un 2015 de película
Abandonad toda esperanza, salmo 495
Estamos a punto de dejar atrás este 2015, y como manda la tradición (ya he perdido la cuenta de los años que llevo haciendo esto) toca repasar lo que este ha dado de sí en la cartelera. Vaya por delante que mis tres películas favoritas son intercambiables, según el día en el que me pregunten, a la hora de ocupar los puestos del podio, pero si hay que mencionarlas por orden de estreno la primera sería Foxcatcher: desde que la vi allá por febrero tenía claro que el film de Bennett Miller iba a ser una de las grandes cintas del año, aunque después fuese ninguneada en los Oscars y mucho me huelo hoy que será la gran olvidada de la mayoría de las listas que van a proliferar estos días con lo mejor de la cosecha anual. A mi parecer, esta historia basada en hechos reales confirmaba lo que ya intuíamos tras ver Moneyball: que estamos ante un director con pulso firme dispuesto a ofrecernos grandes trabajos en el futuro.
Por su parte, Paul Thomas Anderson siempre es una apuesta segura, y como era de esperar no defraudó con su adaptación del aparentemente inadaptable Thomas Pynchon: Puro vicio es mucho más que una comedia lisérgica o una parodia del género negro, pudiéndose ver como una reflexión sobre las posibilidades de la literatura y el cine como disciplinas artísticas marcadas por su naturaleza narrativa. Muchísimo más divertida de lo que parece según mi anterior definición, con ella su autor vuelve a demostrar, por si hacía falta tras Magnolia, Pozos de ambición o The Master, que estamos ante uno de los grandes maestros del cine contemporáneo.
La tercera obra maestra del 2015 fue toda una sorpresa, por más que estuviésemos avisados por los aplausos que iba provocando en todo festival donde se proyectase: It Follows, dirigida por el prometedor David Robert Mitchell, es sin duda uno de las mejores películas de terror de los últimos tiempos... y quizá el relato más poético del que han podido disfrutar nuestras retinas estos meses; un relato sobre la relación entre eros y thanatos aparentemente inagotable, y del que puedo señalar que es el único estreno del que ya he repetido visionado antes de que termine el año, lo cual me parece bastante revelador.
Siguiendo con el cine de terror, solamente el estreno de It Follows ha conseguido que La visita, un cuento perverso con estética de falso documental que supone el regreso del mejor M. Night Shyamalan, no sea el mejor film del género del año, aunque no lo deje fuera de mi hipotético Top 5... Selección que completa, dicho sea de paso, El año más violento: una suerte de suma de El Padrino y Macbeth con unos soberbios Oscar Isaac y Jessica Chastain, y una de esas películas que, sin hacer demasiado ruido, se cuelan o deberían colarse en toda selección con los filmes más interesantes del año.
Por otro lado, dos maestros confirmaron el estatus de prestigio del que pueden presumir desde hace lustros: Woody Allen nos regaló Irrational Man, posiblemente su mejor trabajo desde Match Point (y para alguien que estrena un nuevo film cada año, eso es decir mucho), con un Joaquin Phoenix que gracias a su labor aquí y en Puro vicio podría presumir de ser el intérprete del año. Por su parte, Steven Spielberg volvió a ponerse serio y a contar por cuarta vez con Tom Hanks para ofrecernos El puente de los espías, otra cinta basada en hechos reales y posiblemente el film del 2015 que más recuerda al (mejor) cine clásico estadounidense... y no se me ocurre mejor elogio que ese.
Si el año pasado cerraba mi Top 10 Enemy, en esta ocasión su director Denis Villeneuve y su protagonista Jake Gyllenhaal repiten... pero por separado: del primero hay que destacar su magistral trabajo en Sicario, la película sobre el negocio de la droga en la frontera de Estados Unidos y México que ofrece trabajos magníficos de sus actores principales: Emily Blunt, Benicio del Toro y Josh Brolin. Por su parte, Gyllenhaal es el protagonista absoluto de Nightcrawler, una amarga reflexión sobre la sociedad del espectáculo que también recupera a un estupendo Bill Paxton y una soberbia Rene Russo.
Completa mi listado de las diez mejores películas del 2015 otra de las grandes sorpresas de la temporada, Whiplash, o el relato de la obsesión por alcanzar el nivel artístico supremo por parte de un profesor de música y un alumno aventajado. Un film independiente que, este sí, fue reconocido en los últimos premios Oscar, en un año donde las películas más pequeñas han destacado muy por encima de los blockbusters. Sobre estos, podría contarles que no hay ninguno entre mis cintas favoritas, aunque el nuevo film de James Bond se ha quedado a las puertas de este Top 10 y no me hayan defraudado ni la secuela de Los Vengadores ni tampoco las nuevas entregas de Misión imposible, Terminator y Star Wars (4 Fantásticos y Jurassic World ya son otro cantar). Pero no puedo extenderme más: apenas me queda el espacio justo para desearles unas Felices Navidades y un magnífico Año Nuevo; si gustan, nos seguimos leyendo, con salud y felicidad, en el 2016.