Un año de estación AVE en Villena ante el indignante pasotismo y desidia de la Conselleria de Infraestructuras
El 17 de junio de 2013, con la visita del Príncipe Felipe y el presidente Rajoy, fue inaugurada la estación AVE de Villena tras una inversión de 11 millones de euros (casi 2.000 millones en la línea completa entre Albacete y Alicante Murcia). Un año después, desde el ayuntamiento se lamenta la falta de aprovechamiento de dicha infraestructura por la poca competitividad de la misma debido a sus deficientes accesos.
El edil de Infraestructuras, Pablo Juan Martínez, calificaba la inauguración como un hecho histórico comparable a la visita de Isabel II en 1858 para inaugurar la línea férrea Madrid Alicante, aunque este primer año deja más sombras que luces. Para Martínez, esta estación tiene como positivo prestar un servicio más cómodo, moderno y rápido a los usuarios, al tiempo que Villena puede sentirse afortunada por estar en el reducido grupo de ciudades AVE, siendo la única ciudad no capital de provincia de las 5 que tienen parada en esta línea, un elemento diferenciador y potenciador del territorio que puede ser muy valioso siempre que se sepa aprovechar su potencial.
No obstante y además de haberse deteriorado la relación de los villeneros con el tren, que antes lo tenían en el centro y ahora a 8 kilómetros, ese potencial no está siendo aprovechado por la falta de accesos dignos a la estación, un compromiso de la Generalitat ligado al Nodo Logístico que se ha convertido en un nuevo incumplimiento con Villena. Así, el edil lamentaba la falta de planificación que la Generalitat y el Gobierno central han tenido con este proyecto, pues no ha habido ningún intento para aprovechar la llegada del AVE ni maximizar su impacto económico, lo que ha obligado a Villena a diseñar nuestra propia estrategia organizando reuniones y grupos de trabajo con las 25 poblaciones del área de influencia de la estación, y hasta diseñando una alternativa de acceso definitivo que reduce notablemente los costes (25 millones del proyecto de la Generalitat por 8,5 del propuesto por Villena).
Esta propuesta fue presentada al Secretario autonómico de Transportes, Carlos Eleno, que pidió tiempo para analizarla, y el 8 de enero confirmó que era aceptada, advirtiendo no obstante que tardaría en desarrollarse unos 4 o 5 años porque conlleva expropiaciones, cruce con vías pecuarias y demás trabas administrativas. Asimismo, recomendó a Villena trabajar este asunto a tres bandas, incluyendo al Ministerio de Fomento, pero desde entonces han pasado 6 meses sin que ni siquiera responda a nuestras cartas y llamadas. Es indignante el pasotismo y desidia de la Conselleria y sus máximos responsables decía Pablo Juan Martínez, y su falta de iniciativa: si va a tardar ese tiempo, por qué no empezar ya a redactor los proyectos e iniciar los trámites, para que esté todo listo cuando haya disponibilidad presupuestaria, se preguntaba.
No somos competitivos
Los 55.000 pasajeros que han usado la estación el primer año, frente a los 100.000 previstos, demuestran que la falta de un acceso rápido lastra a la estación, como ya advirtiera la UA, decía el concejal, que recordaba que desde el PSOE se han presentado preguntas y enmiendas a los presupuestos tanto en Madrid como en Valencia, pero todo ha sido rechazado por un muro llamado Partido Popular, que gobierna Diputación, Generalitat y Gobierno central, una situación incomprensible porque tiene consecuencias en el presente (descenso de usuarios) y puede tenerlas en el futuro (reducción de las frecuencias), máxime cuando empiece a trabajar el nuevo operador privado de la línea y busque beneficios en función de la oferta y la demanda, no dar un servicio público.
Los estudios demuestran que con un buen acceso a la autovía, la estación de Villena sería más competitiva que la de Alicante, subrayaba el edil, recordando que, pese a haber un acuerdo cerrado con Benidorm para la creación de una lanzadera de autobuses, éste se vino abajo tras comprobar personalmente la vuelta que había que dar responsables de la patronal hotelera Hosbec.
Así las cosas, y aunque desde Villena se ha trabajado, se ha buscado el consenso y evitar hacer ruido político, esto nos viene grande, admitía Martínez, añadiendo que se trata de una competencia estatal y deben ser las administradores superiores quienes se pongan las pilas y solucionen un problema que han creado ellas mismas por su falta de planificación.