Un arte de fantasmas
Abandonad toda esperanza, salmo 533º
Así define al arte cinematográfico el veterano escritor José de la Colina, y precisamente a algunas películas repletas de fantasmas y otras presencias igual de inquietantes pretendo dedicarles buena parte de mi limitado tiempo libre ahora que ya hemos dejado atrás las vacaciones estivales. Y es que tengo la sana intención de revisitar la filmografía de un cineasta español que durante muchos años trabajó en la industria del cine mexicano, así como la de un mexicano que ha firmado más de una película española. Respecto del primero, Luis Buñuel, quisiera ver sobre todo aquellas películas -precisamente la mayoría de las mexicanas, las menos conocidas- que todavía no he visto; aunque no le haría ascos a degustar de nuevo joyas que llevo años sin catar, como Viridiana, Diario de una camarera o Tristana. En cuanto al segundo, Guillermo del Toro, se trataría de revisar, si no los nueve largometrajes que cuentan con su firma, sí aquellos que llevo más tiempo sin ver, como su debut con Cronos o sus películas españolas, El espinazo del diablo y El laberinto del fauno, que disfruté en el momento de sus respectivos estrenos pero que no he vuelto a ver más.
Este propósito se debe a la reciente lectura de dos libros relacionados con sendos cineastas, aunque bien es cierto que Buñuel despierta de Jean-Claude Carrière -publicado en francés hace un lustro y traducido ahora por fin al español- no es lo que se entiende habitualmente por un libro sobre cine: en sus páginas, el que fuera fiel colaborador del cineasta aragonés continúa lo relatado en Mi último suspiro, las míticas memorias de Buñuel que ambos escribieron al alimón en 1980, pese a que aquel falleció tres años después de su publicación. Para ello, Carrière actualiza un añejo género literario, el del diálogo con un difunto, y satisface así el deseo imposible expresado por el genio de Calanda en la conclusión de su autobiografía: regresar de entre los muertos cada diez años solo para poder leer unos cuantos periódicos y ver qué había ocurrido en el mundo durante su ausencia. Por supuesto, este milagro literario también responde al interés del propio autor, que durante todo este tiempo sin la compañía de su mentor se ha planteado en repetidas ocasiones y en relación a los temas más variopintos aquello de: "¿Qué pensaría Luis de esto?". El resultado, por tanto, es una suerte de continuación novelesca de una obra de no ficción cuyo mayor mérito (aunque no el único) es el de conseguir revivir de forma verosímil la voz de alguien que lleva muerto más de tres décadas y al que se le echa mucho de menos.
Otro que sabe bastante de espíritus ultraterrenos es Guillermo del Toro ("Un fantasma es un asunto pendiente", ha dicho en alguna ocasión), y sobre su filmografía versa el volumen que ando leyendo actualmente; este sí un libro sobre cine convencional... y entiéndase este adjetivo no de forma despectiva, sino como una etiqueta meramente descriptiva en cuanto a su adscripción genérica. De hecho, estamos ante una obra de referencia indispensable no ya para los fanáticos del trabajo de su principal protagonista (esto sería más que obvio), sino para cualquier interesado en el cine fantástico contemporáneo, y del que películas como las arriba citadas, el díptico Hellboy o la reciente La cumbre escarlata (que en su día me defraudó un tanto pero que conforme más la pienso, más me gusta) son calas inexcusables. La coordinación del volumen corre a cargo de Juan Andrés Pedrero Santos, crítico que junto a ocho colegas más analiza la filmografía al completo del realizador mexicano con rigor y solvencia. No obstante, el principal atractivo de la propuesta, al margen de un diseño y maquetación tan excelentes como a lo que nos tiene acostumbrados la editorial, es una entrevista exclusiva realizada a Del Toro: casi setenta páginas de conversación apasionante a propósito de los métodos de trabajo, las influencias artísticas y otros aspectos de interés relacionados con su legado. Por si esto fuera poco, también se incluye la biografía ficticia de uno de los personajes centrales de La cumbre escarlata, escrita por el propio cineasta e inédita en castellano hasta la fecha.
En resumidas cuentas: dos libros imprescindibles para cualquier aficionado al cine con impronta de autor, y que como a mí les despertarán el interés por descubrir o revisar las películas de sus protagonistas... con fantasmas o sin ellos.
Buñuel despierta y Guillermo del Toro. Las fábulas mecánicas están editados por Oportet y Calamar respectivamente.