Un atractivo más para descubrir y para ir
¿Quién no ha pensado en alguna ocasión al hablar de Londres, que alguna vez habrá que ir? Es una ciudad que a todos llama y atrae.
Desde niños oyen hablar de la capital del Reino Unido e incluso conocen datos reales de ella; saben que es la mayor urbe de toda Gran Bretaña e incluso de toda la Unión Europea; que la atraviesa el río Támesis; ciudad global que cuenta con cuatro enclaves declarados Patrimonio de la Humanidad; que tiene ocho aeropuertos, que la niebla es tan famosa como sus taxis o características cabinas de teléfono. Por supuesto conocen muchos más datos sobre London, pero sobre todo tienen ese deseo personal de visitarla, de ir en alguna ocasión que es diferente para cada uno pero que coincide en ese algo de leyenda que desde la infancia se les ha ido formando. Recuerdan las historias medievales, las series de televisión rodadas en sus calles, libros y novelas basados o desarrollados en la ciudad les vienen a la memoria y les incitan a realizar ya el viaje tanto tiempo aplazado. Es cierto que muchos viajan por estudios o por motivos de trabajo. Pero los atractivos y razones para visitarla son innumerables y personales.
Hoy en día con las ofertas en vuelos es sencillo y asequible realizar una visita de un fin de semana. Actividades para realizar en Londres no les van a faltar e incluso tendrán la excusa para repetir porque una vez allí irán surgiendo nuevos motivos para una nueva visita. Sin embargo, muchos continúan aplazando un viaje soñado desde hace largo tiempo, y aunque las razones en la demora pueden ser varias y todas comprensibles, hay algunas de ellas que se pueden resolver con un poco de información. En ocasiones a la hora de buscar alojamientos se encuentran con que el hotel, en una ciudad donde van a conocer todo lo posible, a recorrer calles y comercios, monumentos y otros atractivos de los muchos que posee, les supone la mitad o más de su presupuesto de viaje, y ello les obliga a recortar un programa de visitas largo tiempo preparado. Y a la hora de buscar un lugar barato para dormir, se piensa que son sitios piojosos y feos, con una falsa idea sobre los albergues, intuyendo que son cutres por llamarse así, y confundiéndolos con pensiones del tres al cuarto. Es un concepto diferente, albergue o hostel, con habitaciones limpias, lugares de ocio y encuentro, todo lo necesario para su comodidad y aseo, cocina que les permitirá ahorrar un dinero y, sobre todo, convivencia y mucha cordialidad.
En su próximo viaje, cuando comiencen a prepararlo y busquen lugares para quedarse, entren en Albergues en Londres y descubran la amplísima gama que tiene a su disposición, con una enorme variedad de precios y en los lugares que a ustedes les interese según lo que piensen visitar. Vivan Londres y alójense en uno de ellos.