Hasta donde yo conozco

Un cuento chino

En estos tiempos que corren, y centrándome en aspectos relacionados con la política habría que gritar aquello de “al suelo, que vienen los nuestros”. Y es que últimamente han salido a relucir, de nuevo, las navajas entre los propios compañeros de partido. Eso es algo muy frecuente en la trama interna de los mismos, donde codazos, pisotones, descalificaciones personales y más cositas están a la orden del día.
Todo ello para tratar de ser el “leader”, el “number one” de la organización o ocupar un lugar relevante en la misma. Y les aseguro que contra más cerca estemos de la confección de listas, mas se oirá ese ruido de sables. Y hasta de cañonazos (eso sí, con pretendida sordina y muchas sonrisas) si la lista en cuestión es para asumir responsabilidades de altas cotas.

En Villena tenemos nuestro show particular. Y no es de ahora. A Pepe Martínez Ortega lo apartó, ya hace años, su organización en una operación donde con mucho sigilo se planeó su defenestración pública. A un político, opinión personal, de los más íntegros que he conocido. Por eso tenía tantos “amigos” en las izquierdas, por hablar siempre tan claro.

El Partido Popular es verdad que no ha tenido un candidato perdurable en el tiempo. Tal vez ese fuera el motivo por el cual no gobernó hasta la irrupción de Vicente Rodes en escena, aunque opino que fue el PSOE el que perdió aquellas municipales. Y por eso aquellos codazos populares fueron nimios, por imprevisión de la victoria, sin aportar nada de relevancia a esta cuestión que nos ocupa hoy.

Pero como buenos políticos, es verdad que han aprendido en esas luchas internas, y en esta legislatura han aparecido con una fuerza inusitada. Tanto que han dado lugar al espectáculo deplorable que estamos viviendo. Yo no sé quién o quiénes han tenido la culpa de tal ruptura, de dilapidar el bien más preciado de un político, la mayoría absoluta, y además creo que desde hace meses se ha convertido en una cuestión personal que indudablemente les pasará factura en las próximas elecciones, si bien no tanto de los afiliados y simpatizantes, sí, con seguridad, de los indecisos.

Los socialistas también han tenido su vodevil veraniego. Que si una parte de la organización jerárquica ha pretendido aniquilar al portavoz municipal que contaba (y cuenta) con el apoyo de simpatizantes y de militantes. Y ahora las bases, en reciente primarias, ha dicho que nones, que el portavoz lo es aún a pesar de todas las argucias del caballero de negro.

Y es que, de argucias, este hombre sabe un rato. Comenzó, hasta donde yo conozco, con una muy buena, mucho, tanto que hoy aún la recuerdo, pasando por encima de su (¿amigo? ) y compañero de partido, cuyo nombre prefiero obviar. Pero creo que la mejor fue la del Trojazz, donde incomprensiblemente (para mí) se alió con gente de la derecha a fin de hacer enmudecer, entre todos, el expediente aperturado. Ahora ha anunciado que dimite. Bueno, pues habrá que esperar a verlo. Si lo hace, creo que será una muy buena noticia. Si no, será de nuevo… un cuento chino.

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