"La línea blanca y rosa de la luz que nace primero, luego el sol levantando su disco rojo, ofrecieron a los ojos como manjar delicioso para el espíritu, en el confín lejano las costas de la hermosa España, cuyas colinas, en días sin brumas como éste, enseñan sus blancas casitas rientes en sus verdes nidos de follaje. Tarifa puesto avanzado como una amenaza en las aguas del entonces tranquilo estrecho y más a la derecha un mogote negro como una mancha en una conciencia, el monte de Taric, Gibraltar, la plaza inglesa, comisura sombría de la siniestra boca del Estrecho."
La descripción se debe al médico Francisco Triviño Valdivia. Publicada en 1903, en Madrid, Biblioteca de la Irradiación. Pertenece al libro "Cinco años en Marruecos. Apuntes de un médico. Descripciones, costumbres y tipos." La hemos leído en la selecta antología de Francisco Javier Martínez Antonio, titulada "Intimidades de Marruecos. Miradas y reflexiones de médicos españoles sobre la realidad marroquí a finales del siglo XIX" (Miraguano Ediciones, Madrid, 2009).
Francisco J. Martínez, licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Zaragoza y Doctor por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha dedicado diversos estudios a las relaciones históricas hispano-marroquíes en el ámbito de la medicina y la salud. En éste del que bebemos ha seleccionado textos escritos por tres médicos militares españoles que desarrollaron una importante labor en el país africano: Adolfo Ladrón de Guevara, Felipe Ovilo Canales y el que hoy nos ocupa, Francisco Triviño, partícipes los tres de lo que vino a llamarse o a querer ser "penetración pacífica", en contraste con la penetración bélica tan dolorosa para las relaciones entre Marruecos y España. Tres biografías dignas de estudio Martínez les presta atención y tres producciones "literarias" suculentas para tener una visión íntima de la sociedad magrebí. La profesión les permitió conocer cuerpos, viviendas y territorio marroquíes de una manera privilegiada. "Intimidades de Marruecos" es título que Martínez Antonio toma prestado a una conferencia, publicada en 1894, de Ovilo. Médicos que en su convivencia fueron puente intercultural, "contaminándose" de costumbres y usos árabes. De Ovilo, Médico Mayor de Sanidad Militar, Director de la Escuela Española de Medicina en Tánger, existe una fotografía publicada en "La Ilustración Española y Americana" (1894. XXXVIII, IX) fotografía que reproduce Martínez en su investigación en la que aparece vestido con chilaba como un notable marroquí y portando en una mano el "rosario" islámico tasbih o masbaha que utilizan los musulmanes en algunas jaculatorias.
Centrándonos en el autor de la cita, aprovechando la información del estudio de Martínez, destacamos que Francisco Triviño nació en 1861 en Canjáyar, en la Alpujarra almeriense, estudió en Granada e ingresó en Sanidad Militar en 1897 desempeñando en Marruecos su labor profesional. Igualmente, desarrolló una labor intelectual plasmada en diversas publicaciones científicas y en artículos para periódicos. La cita muestra un mirar romántico. Triviño forma parte de una expedición que durará tres días desde Tánger hasta Larache. La descripción pertenece a la misma mañana, al alba, en la que partieron antes del alba, desde una altura que domina Tánger y su bahía. "Nos detuvimos para admirar el paisaje que pronto perderíamos de vista y sobre mi conciencia digo, que pocas cosas tan hermosas he visto."
Pero en ese mirar detenido, cuando desde Marruecos observa la Península, le traicionará el subconsciente español. España "hermosa", "casitas rientes"... Tarifa expectante... Gibraltar, "mogote negro", "mancha en una conciencia", "comisura sombría de la siniestra boca del Estrecho"... No es un mirar limpio. Es un mirar lastrado por la historia, por la política internacional. Un mirar sobre el que pesa Utrecht. Mirar estrábico. Subjetivo. Mirar humano.
