Un paso peatonal-ciclista de cuidado
El arranque de la carretera comarcal Villena-Caudete se distingue especialmente por un paso peatonal alomado común a peatones y ciclistas de cuidado, pero no de cuidado para los citados usuarios, sino del que deben tener los vehículos de cuatro o más ruedas que lo cruzan y sus ocupantes. Puede que no sea el primero en quejarme, pero en cualquier caso, como no quisiera herir sensibilidades, lo haré con mi particular sentido del humor, y también con brevedad, que el tema no da para mucho.
Cuando se accede a la citada vía, nada más entrar en ella y a pocos metros hay un semáforo justo delante del citado paso peatonal-ciclista (ver foto horizontal). Nada que objetar. Si está ahí, se piensa que será por necesidad. El semáforo puede estar, afortunadamente, en rojo, y digo afortunadamente porque se detiene el vehículo; y cuando cambia a verde, se arranca con poca velocidad y se cruza con solo un ligero meneo de vértebras y costillas, y lo que se lleve en el maletero solo se volcará si es volcable. La suspensión del vehículo, cogida al traspié con las cuatro ruedas a distintas alturas, gruñe un poco si es vieja, pero no pasa nada. Y ya que hablamos de pasar, por el paso peatonal-ciclista tampoco pasa nadie, nunca pasa nadie, al menos que yo haya visto, por lo que sería más razonable poner el semáforo en intermitencia preventiva para no hacer perder tiempo y combustible a los conductores si no ven el paso ocupado por quienes tienen preferencia.
Volviendo al semáforo, más arriba hemos dejado entrever que es preferible hallarlo en rojo, pues si está en verde, como no hay obligación de detenerse, se pasa sobre él con algo más de velocidad, y ahí vienen los males, porque al dicho meneo de vértebras y costillas citado, esta vez más fuerte, se suma un buen batido de riñones y de lo que se lleve en el maletero (no hablo de los camiones cargados; puede que sea peor).
¿Y por qué pasa todo esto? Pues simplemente porque la transversalidad del alomado paso peatonal-ciclista no es perpendicular al eje de la vía (ver foto aérea), sino que está desviado unos cuantos grados, puede que unos diez o quince, respecto al eje, lo cual, para que todo el mundo lo entienda, obliga a pasar el obstáculo en oblicuo. Y menos mal que se trata de vehículos de dos o más ejes provistos de suspensión, porque si fueran carros como los de nuestros abuelos, y tirados por bestias de paso alegre, el vuelco estaba asegurado, como sucedía a veces cuando en las veredas se pasaba deprisa sobre baches al sesgo y se llevaban la sorpresa de volcar en llano.
Evidentemente, bromas aparte, el conjunto paso peatonal-ciclista-semáforo está mal diseñado y peor hecho. Debería suprimirse el alomado o hacerlo perpendicular al eje, como es normal, y reprogramar el semáforo para fastidiar menos con esperas innecesarias a conductores y vehículos. A ver si hay suerte.