Un tesoro de valor incalculable
Cuántos recuerdos me vienen en este momento
Cuando tan solo era un crío mi padre me decía: Hijo, vive con los pies en el suelo, hay cosas más importantes que esta vida. Yo no lo entendía, pero ahora recuerdo esas palabras y no voy tan a la ligera, sólo actúo cuando estoy seguro de lo que voy a hacer.
Me siento orgulloso de ser hijo tuyo, por sacar adelante mi vida, por hacerme comprender que sólo tú me llenas de muchas cosas que no encuentro por la calle. Sólo tú me quieres con un amor que nadie me puede dar: el de un padre a su hijo. Aunque haga algo malo, siempre estás ahí para darme un abrazo y hacerme sentir de nuevo una persona, lleno de felicidad completa.
¿Cómo puedo hacerte un regalo para agradecerte lo que has hecho y sigues haciendo por mí? Gracias por todo lo que me ofreces cada día, por tus abrazos. Yo te regalo mi tiempo, que no es poco, pero tú te has desvivido por mí, y ahora te regalo este escrito, que dice lo que siento por ti.
Felicidades, papá. Y felicidades a todos los padres.